domingo, 7 de julio de 2013

PROXEMICA_ Edward T. Hall - la dimension oculta


La Proxémica en un Contexto de Distintas Culturas
Edward T. Hall

A lo largo de la historia, investigadores han buscado definir las relaciones que establece el hombre en una sociedad y cómo es que se interactúa en ella entre diferentes culturas. En 1963 Edward T. Hall acuñó un término denominado como “proxémica” que hace referencia al espacio que debe haber entre un individuo y otro dependiendo de las circunstancias y el entorno. “He acuñado la palabra proxémica para designar las observaciones y teorías interrelacionadas del empleo que el hombre hace del espacio, que es de una elaboración especializada de la cultura” (pp. 6)

Pero para realizar esto, estudió de cerca diferentes culturas, por medio de las cuales pudo establecer rasgos característicos de cada una de ellas en cuanto al manejo del espacio.

Los alemanes.

Existen grandes diferencias en el modo en que los alemanes perciben el comportamiento, ellos por su parte no tienden a programar su tiempo a diferencia de como lo hacen los norteamericanos “Según las normas europeas, los norteamericanos desperdician el espacio y rara vez planean adecuadamente según las necesidades públicas” (pp. 161)

Existe algo curioso en EU a comparación de Alemania, en el primer país la distancia se establece para separar a un grupo de otro, la voz baja como referencia de que la conversación es solo para algunos y así no exista intrusión de alguna otra persona, o bien el hecho de asomar solo una porción del cuerpo a través de una puerta para los norteamericanos no significa estar adentro. Todos estos casos en Alemania son lo contrario e implica que otra persona ya está invadiendo el territorio y por tanto tiene que estar involucrado.

“La palabra Lebensraum (espacio vital) da la pauta para indicar el ego de un alemán ante su persona y su espacio y esto le hace recurrir a cualquier extremo para preservar su ‘esfera privada’” (pp. 164). Por ello es que los alemanes tienden a constituir sus propias cosas en lugar de hacerlo grupalmente. De igual manera tienden a creer que las puertas cerradas implican seriedad e integridad mientras que las abiertas dan un aire de tipo familiar.

Yo pienso que debido a que Alemania fue gobernada por Hittler, un gran dictador, los alemanes tienden a seguir mucho las normas y por ello están en desacuerdo a nuestra cultura “a nuestra informal actitud respecto de los límites y de la autoridad en general” (pp. 167).

Los ingleses.

La diferencia entre ingleses de Inglaterra y los estadounidenses radica más en la comunicación a un nivel más allá del lenguaje. En EU el espacio es el que clasifica a la gente mientras que en Inglaterra el sistema social es quien lo determina.

Para los norteamericanos tener una habitación única es un derecho, por ejemplo “las mujeres norteamericanas que quieren estar solas van a su recámara y cierran la puerta” (pp.170) Y debemos de aclarar que una puerta cerrada avisa que la persona quiere estar sola, no ser molestada, etc. En Inglaterra no ocurre lo mismo, no se tiene habitación propia y por ende no se tiene un espacio destinado a aislarse de los demás, en contraste, el inglés “ha interiorizado una serie de barreras que él levanta y entiende que los demás deben reconocer” (pp.171).

Algo muy interesante es que para el inglés el teléfono es solo para asuntos de suma importancia, existen otros medios más ocurridos para ellos como el telegrama, que son en este caso menos impertinentes que el teléfono. De igual manera es interesante saber que en Inglaterra el hecho de vivir a poca distancia no implica que debas sostener algún tipo de relación con el que vive a lado o que exista algún derecho de visitarse como en EU.

Otra diferencia, es que en la comunidad inglesa, el dormitorio le pertenece al hombre y es él quien posee mayor espacio en él lo cual “le garantiza el aislamiento” (pp. 174). Por otro lado a los ingleses les molesta el tono de voz en el que hablan los norteamericanos, suele ser muy fuerte, pero para los norteamericanos esto se debe a la distancia que se guarda en el proceso de comunicación. El inglés en cambio ajusta su voz de tal modo que solo escuche la persona a la que va dirigido el mensaje, de otra forma se vería como una intromisión.

Los franceses.

En cuanto a los franceses, es curioso, tienden a hacer todo de una manera amontonada, desde una comida hasta los mapas elaborados por ellos donde se pone hasta lo más detallado. Ellos tienen un aspecto muy bien marcado “La casa es para la familia, y el recre y la vida social se hacen afuera de ella” (pp. 177) y esto debido a que sus casas, oficinas e inclusive los autos son pequeños, únicamente para uso individual.

Para los franceses los espacios abiertos son lugares por medios de los cuales se refleje la satisfacción y tranquilidad de la ciudad y así mismo de las personas, a diferencia de EU donde el humano se ve diminuto, en Francia las cosas están hechas para hacer sentir bien a su gente.

Existe una regla muy propia de Francia, en la cual “las carreteras que unen centros no pasar por otras poblaciones, porque éstas ya están conectadas por sus propias carreteras” (pp.180) a diferencia de las carreteras norteamericanas que hacen diferentes vías para conectar a los principales centros.

Japón.

Bien establece Edward “Aunque el hombre sea fisiológica y genéticamente de una misma especie, las normas proxémicas de los norteamericanos y los japoneses suelen ser tan diferentes” (pp. 182).

Por ejemplo, los japoneses en vez de ponerle nombre a las calles, como los norteamericanos, nombran a las intersecciones lo cual provoca que el cálculo del rumbo se haga al tanteo. En estas comunidades, los vecinos suelen no conocerse.

También existe una gran diferencia en los espacios que uno considera fijos y semifijos, nosotros consideramos las paredes como algo fijo, sin embargo en Japón son semifijas debido a que son movibles y por ello las habitaciones tienen diferentes usos.

Para los norteamericanos existe algo que no toleran de los japoneses, y eso es darle muchas vueltas a un asunto sin llegar a un punto concreto. Por el contrario para los japoneses “no comprenden por qué nos empeñamos tanto en ser siempre tan ‘lógicos’” (pp. 185).

Algo a lo que nosotros no estamos acostumbrados y que por el contrario es algo bueno en Japón es al hecho de dormir apretados unos contra otros en el suelo “estilo japonés por oposición al american style” (pp. 186).

La palabra ma, implica para los japoneses lo contrario a los norteamericanos, sobre dar una importancia y así mismo un significado al espacio que nosotros denominamos como vacío. Los japoneses emplean de una manera extraordinaria su percepción del espacio, ya que para ello utilizan todos sus sentidos, “todo está combinado de modo que intensifique el empleo cabal del cuerpo en calidad de órgano sensorio” (pp. 188).

Los espacios de los japoneses pretenden llevar al individuo a un punto desde el cual el individuo pueda por sí solo percibir o descubrir algo. El mundo árabe es lo contrario a ello.

El Mundo Árabe

Esta cultura, puedo decirlo, es la que a mi modo de ver contrasta más con la que nosotros estamos acostumbrados. Por ejemplo “en los hogares árabes les entran las ganas de hacer ruido” cosa contraria a nuestra cultura, la cual toma a la casa de diferente forma. Otra característica es los empujones en espacios públicos, en el mundo árabe es algo característico mientras que para los estadounidenses esto reflejan falta de respeto o groserías.

“Para el árabe no existe eso de una intrusión en público. Lo público es público” mientras que para el norteamericanos es lo contrario y refleja una falta de respeto enorme que otro quiera ocupar el lugar que en ese momento se encuentra ocupando.

Las diferencias también se ven marcadas en carreteras, para un norteamericano ciertos carriles reflejan status debido a la velocidad o al tipo de coche por tanto se cede el carril, pero para loa árabes esto es algo intolerante “un árabe se pone furioso cuando alguien le pasa por delante en la carretera” (pp. 192).

Existen tendencias de los árabes que en el mundo occidental no serían toleradas como los empujones en público o el hecho de agarrar a una mujer en los transportes públicos, eso sería una falta de respeto en occidente. “Si uno es extraño necesita permiso para tocar a otro” (pp. 192). Algo interesante es lo que se menciona con respecto a que en el mundo árabe no hay una palabra que se asemeje a lo que nosotros denominamos como violación o estupro “a lo sumo alguna aproximación, como la tomó contra su voluntad”.

Otro ejemplo, es el espacio empleado en casas, los árabes podrán, solo algunos, tener casas enormes, pero no hay separaciones en ellas debido a que no les gusta permanecer solos, se encuentran muy relacionados unos con otros, aquel que no se encuentre entablando una relación activa es como si estuviera privado de vida.

Para los árabes “la olfacción ocupa un lugar preeminente en la vida” (pp.195) ya que los árabes al hablar echan su aliento. Los olores van a indicar el modo de relacionarse afectivamente con otros. Lo contrario a los norteamericanos, quienes se avergüenzan al echarles el olor del aliento a otras personas. Pero para los árabes es fundamental, incluso para la elección de pareja. “El límite olfativo cumple dos misiones en la vida árabe. Acerca a los que quieren relacionarse y separa a los que no quieren” (pp. 196).

Existe otra gran diferencia, la posición del cuerpo al entablar una conversación, para los árabes no es apropiado mirar como de re ojo al otro ya que es considerado como una grosería, mientras que para los norteamericanos es una forma más y no implica insulto. Pero los “árabes se miran directamente a en los ojos cuando hablan, con una intensidad que a la mayoría de los norteamericanos les incomoda” (pp. 198).

Hay algo curioso en los árabes, pues a ellos no les molesta verse amontonados entre tanta gente, lo que realmente les causa conflicto es sentirse encerrados entre paredes, para los árabes los espacios cerrados deben cumplir ciertos requisitos “debe dejar mucho espacio libre de obstáculos donde moverse…tener techos muy altos…y no deben tapar la vista” (pp. 199).

Para el mundo árabe no hay una ley fija de proxémica “en cierto modo, no hay límites”.

Es increíble ver como el espacio ejercido por cada cultura puede llegar a connotar diferentes rasgos de cada cultura. Lo que uno pensaría que es universal, nos damos cuenta de que no es así y más aún que puede significar algo totalmente diferente en otra cultura inclusive puede llegar a representar una grosería.

El estudio de Edward T. Hall abre un gran panorama acerca de la comunicación no verbal en diferentes culturas, y las cuales a mi modo de ver, son de las más importantes. Es un trabajo sumamente bueno, del cual se pueden y deben retomar muchas cosas para el estudio de lo no verbal y de todo lo que se representa con ello.

No hay comentarios: