LA MENTE HUMANA COMO «IMAGEN DE LA MENTE DIVINA» EN NICOLÁS DE CUSA
A
Nicolás de Cusa (1401-1464) se le ha señalado como un portero de la
modernidad o el autor del declinar del Medioevo. Ángel Luis González de
la Universidad de Navarra escribió un cuidadoso artículo sobre la mente y
el conocimiento en el pensamiento de Nicolás de Cusa, para quien
representa junto a otros autores un productivo «interludio de las
épocas».
En su obra «La mente», Nicolás de
Cusa subraya, que mente procede de «mens» es decir de medir. «La mente
es aquello que es término y medida de todas las cosas». Para el Cusano,
«conocer es medir y discernir», de allí que también considere que la
mente es una substancia viva «mens est viva substancia», lo que equivale
a decir en el pensamiento cusánico que la mente vivifica el cuerpo y
crea visiones intelectuales por su fuerza asimiladora «vis
assimilativa».
Nicolás de Cusa concibe al ser
humano como «microcosmos», pues por estar dotado de mente, y posibilidad
de conocer contrae en sí mismo todas las cosas, y refleja en su mente
las imágenes de todas las cosas. El ser humano al «contemplarse a sí
mismo» como capaz de «conocer» asimila todo con los sentidos, con la
razón y con el intelecto. En su breve obra «De ludo globi» (El juego de
la pelota), afirma que el hombre es microcosmos, es decir un «pequeño
mundo humano», y así como el mundo tiene su alma «anima mundi», así
también el hombre tiene su alma. El ser humano, añade el Cusano, al
reunir en sí mismo atributos que se encuentran por separado en otros
seres, es una representación finita de la «coincidentia oppositorum»
divina.
En su obra «La mente», que forma
parte de los «Idiotae libri», Nicolás de Cusa también considera a la
mente humana como «imago Dei», es decir como la imagen de «Dios» y por
consiguiente imagen de la misma «mente divina», pues la mente del ser
humano es la primera imagen de la divina complicación (síntesis) que
complica todas sus imágenes en su simplicidad y en su capacidad de
complicación. «Dios» es «omnia complicans», la complicación (síntesis)
de las complicaciones, pues contiene todas las cosas en cuanto que Él es
la causa de todas las cosas, y la mente humana que es la imagen de
«Dios» es la complicación de las complicaciones.
Lo que hace relevante a la mente
humana, para el Cusano, es que por encima de cualquier cosa es «imagen
pura de la eternidad», pues la mente absoluta del Absoluto, Dios, es la
verdad de todas las cosas, y la mente del hombre es la asimilación de
todas las cosas por su propia capacidad de conocer, concebir, discernir,
valorar, y recrear la realidad que ella misma no crea.
La mente es una imagen que se
conoce y reconoce a sí misma como imagen: ese reconocimiento lleva
consigo que en último término esté siempre inquieta en un impulso
connatural hacia su modelo, hacia su Verdad, hacia el Absoluto que la ha
creado, hacia la sabiduría eterna. Por consiguiente, la mente también
es «Capax Dei» (capaz de Dios), pues trata de alcanzar la Sabiduría
sempiterna que la haga comprender y comprenderse a sí misma como
posibilidad de trascendencia por ser ella misma imagen y reflejo de
infinitud.
1 comentario:
No sé de quién es este blog, pero hay dos artículos de mi propiedad intelectual que no han sido citados honradamente. Por favor estos son temas profundos y bien planteados. Soy Leandro Posadas, agradecería que mis artículos sean citados debidamente o no publicados en este espacio. Gracias!
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