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Ramiro Calle:
TODO NO VALE:
En el ámbito de lo espiritual es donde menos debería aceptarse aquello de "todo vale". Si uno busca un odontólogo que le ofrezca garantías, un médico de cualquier especialidad que le reporte fiabilidad, ¿cómo en el ámbito espiritual no abrirmos bien los ojos, discernimos y ponemos a prueba a la persona que nos va a trasladar sus conocimientos o experiencias.?
Nó, todo no vale.
Lo que importa es lo que importa y hay que aprender a distinguir entre la joyería y la burda bisutería, lo verdaderamente espiritual y lo pseudoespiritual, el auténtico esoterismo y el ocultismo degradado.
Todo no debería valer. Pero en el supermercado espiritual, en el circo del más degenerado ocultismo, en el escenario de las más falaces pseudoterapias, se ha dado cabida a toda clase de mercenarios de lo emocional y de lo espiritual que no reparan en nada por conseguir sus fines, que la mayoría de las veces están bien claros: dinero y exaltación del ego.
Hay que saber, por tanto, evaluar, seleccionar, recurrir a personas y métodos solventes.
El yoga en absoluto se ha visto libre de este fenómeno de degeneración y falsificación. Y encima hay aquellos que se refieren al yoga auténtico -que hay que velar por él y recuperar- somo si fuera algo anticuado, que es lo mismo que decir que el juego del Ajedrez lo es y hay que modificarlo. Está en la mentalidad humana desnaturalizar, falsear, corromper y, desde luego, interesarse más por lo banal que por lo esencial.
Han surgido todo tipo de pseudoyogas, y algunos se presentan como beneficiosos y resulta que tienen muchos más inconvenientes que beneficios.
Las corrientes pseudoyóguicas no hacen otra cosa que perjudicar tanto la salud física como la mental y nada tienen que ver con el genuino yoga y su profundo y amplio alcance.
Lo que se ha hecho muchas veces, para mejor venderlo y mejor lucrarse el que está detrás de ello, es mostrarlo como un simple adiestramiento del cuerpo, sustrayéndole su verdadero sentido. Según el estándar de belleza actual, la gente quiere tener un cuerpo esbelto, aunque por dentro sea una calamidad y aunque la mente se aun contenedor de pensamientos negativos, egoísmo y tendencias insanas.
Se venden hoy en día tipos de "yoga" que nada tienen que ver con el yoga real y muchos practicantes se olvidan por completo del pranayama y la meditación, u otros métodos, centrándose obsesiva y compulsivamente en los asanas (posturas), sin realizar el verdadero trabajo consciente sobre el cuerpo que exige el hatha-yoga.
La tragedia del yoga es que lo hayan convertido en un yoga atlético o deportivo, en un culto al cuerpo, dando paso a la estampa del campeón, el narcisismo y el reforzamiento del ego. Ha nacido un nuevo síndrome que denomino el "sindrome de la tarima", el de aquellos que solo por dar clases, se muestran engolados, arrogantes y neuroticamente narcisistas.
Para utilizar el yoga solo atléticamente es mucho mejor, no se dude, entrenarse en cualquier deporte o actividad gimnástica.
Otra tragedia para el yoga ha sido que determinados metores indios, deslumbrados por la demanda occidental, hayan hecho concesiones ienxcusables falseando la verdadera enseñanza.
Ellos han sido los más grandes traidores a su causa. Y una tercera tragedia es su paso por Norteamerica, donde no pocos mentores, ávidos de notoriedad y dólares, han deformado y adulterado el yoga a su antojo, con tal de satisfacer sus propios intereses.
Me escribe Alvaro Enterría (editor, escritor, que vive desde hace más de tres décadas en Benarés) y me dice:"Una labor muy necesaria es la de desenmascarar todos los neoyogas, neovedantas y neotantras, que desfiguran las auténticas tradiciones.
Es el aspirante el que debe hacer el esfuerzo para ponerse a la altura de las enseñanzas, no éstas las que deben bajar al nivel de los aspirantes. Es una pena que una tradición que tiene por fin acabar con la identificación de la persona con su cuerpo y su mente, se convierta en un culto al cuerpo como dices, y una técnica para mejorar la mente para poder funcionar mejor en los negocios y el samsara (lo fenoménico).
Hay una demanda espiritual sin esfuerzo, y de disfrute, y así que se les da eso. Muy poca gente dispuesta a hacer el sacrificio que una auténtica vía espiritual conlleva. Hoy en día todo vale, hay una enorme confusión".
Por su parte, Agustín Pániker (editor, escritor, incansable viajero por Oriente) declara: "No puedo estar más de acuerdo con Alvaro y contigo. El mundo de la espiritualidad está lleno de aprovechados y caraduras. Yo creo que siempre lo ha estado, pero ahora, con el dinero que se mueve, se ha convertido en un verdadero bazar de los ladrones., Rebosante de charlatanes. En fín, es nuestra época".
Hemos recibido una preciosa herencial espiritual que debemos respetar y cuidar. Es el resultado de las mentes más realizadas de la Humanidad, que os ha legado una sabiduría perenne que ha florecido en todas las épocas y latitudes, para que el ser humano peuda llevar a cabo el trabajo interior y coneguir la evolución de la consciencia"
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Antes pocas personas practicaban yoga, pero eran muy serias y rigurosas. Ahora, mucha gente lo practica, pero ¿cómo lo practican? Muchas veces como gimnasia exótica, culto al cuerpo, postureo banal, deporte, etc. Para empezar hay algo bochornoso:
¿cómo puede el INEF (inst. nac. de educacion fisica) dar títulos de profesor de yoga? Está todo tan deslavazado...
Se ha desvinculado no solo del camino ascético, sino también del camino espiritual, del mental, del emocional, del autodesarrollo y autoconocimiento.
La gente está utilizando bisutería espiritual y no se va a las verdaderas fuentes. La verdadera espiritualidad no tiene nada que ver, afortunadamente, con la religión. Una persona puede ser muy religiosa y nada espiritual.
Tras 50 años enseñando yoga tradicional, ¿qué le parece la proliferación de centros de hot-yoga, yoga aéreo, el birra yoga…?
Siempre digo por qué le llaman yoga a lo que no es yoga y por qué a lo que es yoga no le llaman yoga. El Bikram,
por ejemplo.
Hacer yoga a 40 o 42 grados de temperatura es como si nos
vamos en agosto a las tres de la tarde a Sevilla a hacer «footing».
Los
grandes traidores a la verdadera esencia del yoga han sido muchos de los
mentores hindúes que llegaron a América para impartirlo, que para
mercantilizarlo le fueron despoyendo de su verdadera esencia.
Empezó a
entrar en 1930 en Estados Unidos. Ya en aquella época había una enorme
cantidad de embaucadores y mistagogos.
En los 50, 60 y 70 ha sido
impresionante lo que yo he venido a denominar la farsa de los gurús, que
han degenerado y degradado el verdadero yoga solo por dos razones:
realimentar su ego rascacielos y llenar sus arcas.
El yoga nace como una
técnica de liberación y se ha vuelto un manantial de apegos empezando
por el apego al cuerpo y a la estampa del campeón. Esos maestros que
llegaron a Estados Unidos hicieron hasta olimpiadas de assanas
(posturas). El yoga es todo lo contrario…
O el tantra, que aquí se ha
degradado al llamado sexo tántrico cuando es una filosofía inmensa. Como
mucha gente no tiene la valentía de fornicar sin utilizar pretextos y
justificaciones lo utiliza para hacer lo que uno quiere hacer sin…
Ya lo
dijo D. H. Lawrence: «Hoy los seres humanos fornican
como perros».
El tantra simplemente es vivir con más consciencia no solo
la relación sexual, afectiva, emocional pero luego hay muchísimo más.
La sexualidad en el tantra ocupa un 5%. Pero claro, Occidente siempre
utiliza todo para aguarlo. No hay nada que justificar sino aceptar el
sexo como es. Eso sí, luego hay sexo cutre, con sentimentalismo, amor
sin sexo, amor con sexualidad, hay muchos tipos.
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Cómo distinguir el yoga
postureo del auténtico
si quieres aprender a meditar
Hoy se ofrecen infinidad de estilos de yoga centrados en el cuerpo y alejados de la esencia de esta práctica
Lo que debes saber del yoga (más allá de la moda)
Wine yoga (vino-yoga): una de las muchas propuestas comerciales surgidas al calor del interés por esta práctica milenaria (Rungroj Yongrit / EFE)
“Igual que hay un yoga-bisutería, hay un yoga-joyería”. La frase es de Ramiro Calle, uno de los pioneros del yoga en España, y tiene que ver con la banalización
de esta práctica y la proliferación de centros y estilos que ha
provocado el auge del yoga en muchos países occidentales, entre ellos
España.
El yoga es una práctica milenaria de la que los primeros referentes escritos son los denominados Yoga- sutra (que significa cuerdas): una composición de 195 aforismos sobre una filosofía que en ese momento se llamaba yoga, palabra que se ha utilizado para múltiples propósitos en diferentes contextos y entornos históricos y que tiene una variedad de significados en sánscrito, aunque el más común es unión.
El yoga es una práctica milenaria de la que los primeros referentes escritos son los denominados Yoga- sutra (que significa cuerdas): una composición de 195 aforismos sobre una filosofía que en ese momento se llamaba yoga, palabra que se ha utilizado para múltiples propósitos en diferentes contextos y entornos históricos y que tiene una variedad de significados en sánscrito, aunque el más común es unión.
Pero hoy en día esta práctica parece haber evolucionado hacia una disciplina, al menos en apariencia, más bien física. Nos encontramos clases de yoga en diversos gimnasios, centros deportivos, y escuelas de yoga que ofertan una infinidad de estilos:
Brikam, Vinyasa, Iyengar, Asthanga, Yin yoga. Yoga swing…
Estilos que, quizá, lejos de aportarnos la verdadera esencia de esta práctica milenaria –y al margen de la formación del profesorado o la propia intención–, tratan el yoga como un nicho de mercado y un negocio en auge, algo que poco tiene que ver con esta disciplina.
“Aunque la gente no quiera hablar de los yogas falseados, lo cierto es que los primeros en distorsionar el yoga y en prostituirlo para rentabilizarlo fueron muchos de los mentores hindúes que llegaron a Estados Unidos y lo mostraron como un yoga atlético, despojado de sus raíces y de su sentido, exhibiéndolo más como contorsionismo donde, incluso, se hacían campeonatos de asanas”, relata Calle.
“Los primeros en distorsionar el yoga y prostituirlo fueron muchos de los mentores hindúes que llegaron a
Estados Unidos”
“Ahora hay mas profesores que alumnos, y el resultado es que a muchos se le explota y se le abona una clase a ocho euros; mucha gente ha dejado su empleo para hacerse profesor, y luego se encuentra que no tiene para vivir”, continúa.
Sadhaka, la senda del yoga es un documental basado precisamente en la experiencia de Ramiro Calle, en sus 50 años de investigación personal, que habla sobre la degeneración que en los últimos años está sufriendo la práctica de esta disciplina.
Por eso, desde Vivo, hemos querido que sea él quien nos explique cómo deberíamos comenzar a practicar yoga, a meditar en movimiento, sin mezclas, artificios ni falsificaciones.
Guía básica para comenzar
Las primeras dudas que asaltan al yogui (ellos) o yoguini (ellas) principiante son ¿qué es lo más importante cuando comienzas a intentar meditar? ¿Cómo debemos combinar la meditación con las posturas o asanas? ¿Debemos escuchar a nuestro cuerpo o primero a nuestra mente?Para Calle, es idóneo combinar el hatha-yoga o yoga físico con la meditación o yoga mental. “Así atendemos nuestra unidad psicosomática”, apunta. Y añade que es muy importante “la práctica asidua, y no solo servirse de las asanas o posturas, sino del pranayama o ejercicios de respiración, que es esencial”.
Explica, además, que las posturas tienen que hacerse con suma atención, con plena consciencia, y así se convierten en herramientas para cultivar la concentración y la interiorización.
“El yoga es una técnica de
liberación, pero hoy día se ha vuelto apego al cuerpo, culto al campeón y
ver quién llega a la postura más circense”
“El Hatha Yoga es el auténtico yoga psicosomático, donde las asanas se mantienen para poder así interiorizar e ir del cuerpo a la mente, y convertir el cuerpo en una herramienta de autorrealización. Lo que hay que evitar es el postureo, el culto y el apego al cuerpo, el narcisismo y el contorsionismo, pues es como si hubiera surgido un “yoga” de exhibición y pasarelas”, concluye.