miércoles, 3 de julio de 2019

De donde vienen realmente los piojos ...y el ebola

y la gripe, y el sida ......NO EXISTE EL CONTAGIO, NI SE TRASMITE DE UNA PERSONA A OTRA.

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 El piojo es una especie única 
                       dentro del reino animal:
31 marzo 2009 por Sr. Francisco Serrata

Redacción Internacional, (EFE).- Con el objetivo de desarrollar nuevos tratamientos contra la infestación de los piojos, un equipo de científicos australianos ha secuenciado el genoma de este molesto parásito y ha descubierto que
su material genético es diferente al de todos los animales conocidos hasta la fecha.

La revista "Genome Research" publica hoy los resultados de la investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Queensland y del J. Craig Venter Institute (Australia).

Para conocer mejor este animal y saber cómo se puede prevenir la infestación o luchar contra ella, los investigadores han analizado el material genético del "Pediculus humanus".

El equipo se sorprendió al descubrir que su ADN mitocondrial (mtADN), el material genético de las mitocondrias -orgánulos que generan energía para la célula-, está fragmentado en muchas partes, algo nunca visto en las secuencias de genoma animal practicadas hasta la fecha.

La mayoría de las especies del reino animal tiene un cromosoma circular mitocondrial, mientras que el mtADN del piojo chupador está partido en 18 minicromosomas.

Los minicromosomas múltiples se han encontrado en plantas y protistas (organismos unicelulares), pero esta es la primera vez que se descubre que un animal ha adoptado esta estructura de mtADN.

Los piojos masticadores, o "Mallophaga", que afectan a aves y otros mamíferos, no tienen el ADN mitocondrial fragmentado, lo que hace a los investigadores considerar que los cromosomas múltiples evolucionaron junto a la característica de alimentarse de sangre.

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Mitos sobre los piojos que hay que aclarar

  • Pueden saltar de una cabeza a otra, es peligroso acercarse a un niño que tenga piojos. No es cierto. 
  • Grave riesgo para la salud. Tampoco es verdad. 

No está demostrado en absoluto que se contagien por la falta de higiene. Pueden encontrarse en cualquier tipo de pelo, con independencia de su tamaño o frecuencia de lavado.

  • El contagio puede venir de los animales. Tampoco está demostrado que los piojos de los animales se puedan transmitir a las personas.
  • Se nos ha dicho siempre que los piojos pueden detectarse muy rápido. Pero la realidad es que la sensibilidad de nuestra piel a la saliva del piojo puede tardar más de un mes en sentir los molestos picores. Es ese tiempo, un piojo hembra ha podido poner hasta 10 liendres por día.
  • Los piojos pertenecen a épocas pasadas. No es cierto.
Las cifras del Ministerio de Sanidad hablan de en la actualidad el problema sigue, y uno de cada cinco niños puede tener piojos a lo largo del curso.


  • Los cabellos grasos tienen menor propensión a tener piojos. Este mito sí es cierto.
Las sustancias grasosas que generan este tipo de cabello no están entre las preferencias de los piojos. De hecho hay aceites naturales, como el aceite de árbol del té con propiedades interesantes para mantener alejados de forma natural a los piojos.
  • Hay que lavar mucho el pelo para que los piojos desaparezcan. Es falso. 
Los piojos son muy resistentes al agua, e incluso se dan contagios en las piscinas y recintos acuáticos.





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El período estival es uno de los más críticos para contraer la afección de los piojos, sobre todo en los campamentos, las colonias y las piscinas. Un caldo de cultivo ideal para el contagio, ya que los niños comparten un mismo espacio y objetos personales. Por eso también es muy importante tomar medidas para prevenir el contagio de cara a la vuelta al cole en septiembre.

A pesar de tratarse de un problema social habitual, en general se sabe muy poco sobre ellos, porque es un asunto por el que se tiende a estigmatizar a los niños que lo padecen. En contra de la creencia popular, los piojos no pueden saltar, volar ni nadar y solo pueden adquirirse por contacto directo de cabeza a cabeza. Existe la falsa creencia de que su proliferación se debe a la falta de higiene, pero estos parásitos pueden aparecer en todas las circunstancias. Según una encuesta elaborada en 2018 por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria y el Centro de Información de la Pediculosis, en el 40% de los hogares con niños en edad escolar se ha advertido la presencia piojos alguna vez. El principal problema de estos parásitos es que crecen y se multiplican muy rápido. Viven en la cabeza cerca de un mes y se aparean solo una vez, pero la hembra pone entre 5 y 10 huevos al día, que eclosionan y se convierten en piojos a los 7 días. Para evitar el contagio de los más pequeños, sobre todo durante los meses más calurosos, recomiendo seguir una serie de consejos que a lo largo de mi experiencia profesional he comprobado que son más efectivos.




En primer lugar, es importante llevar a cabo una labor de prevención. Para ello existen remedios naturales que funcionan como repelentes de piojos, como los aceites del árbol del té, de coco, de ylang-ylang, de neem y otras plantas aromáticas. También es muy importante desinfectar con agua muy caliente o alcohol todos los objetos susceptibles de transportar este tipo de insectos, como peines, gorras o toallas, y evitar, en la medida de lo posible, que el niño los comparta. En casa, es importante lavar frecuentemente las toallas, la ropa de vestir y la ropa de cama (almohadas, sábanas y colchas) a más de 60 grados.




Es importante también revisar el cabello periódicamente. La infestación por piojos causa picor e irritación en el cuero cabelludo; por lo tanto, si el niño se rasca mucho la cabeza, convendría realizar una inspección minuciosa. La lendrera, el tradicional peine de púas para piojos, resulta un elemento muy eficaz para esta revisión. Si a pesar de tomar todas estas medidas de prevención detectamos piojos vivos, es cuando entran en juego los tratamientos pediculicidas. En la actualidad, estos productos han evolucionado muchísimo, y en pocos minutos se puede acabar con los parásitos y las liendres sin tener que soportar malos olores o abrasiones en el cuero cabelludo. No obstante, todos los tratamientos deben repetirse a los 7-10 días, pues es el plazo en que los nuevos huevos tardan en eclosionar.




Lo importante está en saber diferenciar entre «tratar» y «prevenir». Todas estas recomendaciones no solo ayudarán a combatir los piojos este verano sino que prepararán el cabello de los más pequeños para la vuelta al cole tras sus vacaciones. El año escolar es muy largo y hay que prevenir y concienciar tanto a padres como a niños. Además, los padres juegan un papel muy importante, ya que deben ser quienes aconsejen a los más pequeños, sin presionarles, para que tomen las debidas precauciones y les informen si creen que alguno de sus amigos puede estar infectado.

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