miércoles, 17 de julio de 2013

Olvidemos a Darwin - Su teoria es demasiado simplista



Un lugar de encuentro y de intercambio para todos los que buscan una nueva visión de la evolución, una tercera vía más allá de la estéril controversia entre darwinismo y creacionismo y más adecuada a los conocimientos del siglo XXI .

Serán apreciados los datos y las ideas relacionados con esta nueva visión, así como los comentarios sobre los planteamientos que el autor expone en el libro "Cosmos y Gea".

El tema es muy amplio, por lo que se puede aportar desde todos los ámbitos del conocimiento: ciencia, filosofía, psicología, poesía, mitología, arte, religión, etc.....



Editorial Kairós. Barcelona. Abril 2007. Colección “Nueva ciencia”. 338 páginas, 32 figuras en blanco y negro y 14 ilustraciones a color.


De la contraportada:

Partiendo del estudio de una serie de enigmas situados en la frontera entre la vida y la materia, el autor nos propone una revolucionaria visión de la física y de la biología.

¿Qué es la materia?, ¿cuál es el origen de la vida?, ¿cómo se formaron los océanos, los continentes y la atmósfera?, ¿cuál es el origen de las especies animales y vegetales? ¿a qué se debieron las grandes extinciones catastróficas que registra la historia geológica?, ¿porqué no hay manera de encontrar los restos de ninguna especie ancestral?, ¿dónde están los eslabones perdidos?, ¿de dónde proviene el hombre?, ¿qué relación existe entre el Cosmos lejano y la vida en la Tierra? ¿Es Gaia, la Tierra, un planeta vivo? Estas preguntas tan fundamentales son reformuladas desde una nueva óptica, sentando así las bases de una teoría de la evolución.

El principio de polaridad que se manifiesta como luz-oscuridad, expansión-contracción, contraespacio-espacio físico, macroevolución ascendente-microevolución adaptativa, fuerzas cósmicas-fuerzas terrestres, Cosmos-Gea… es uno de los más fecundos para la biología, por estar enraizado en la realidad de la misma naturaleza. Con una claridad expositiva y un afán pedagógico poco comunes, este libro incita al lector a usar sus propias capacidades de pensamiento y de observación para comprobarlo.

Cosmos y Gea es también un homenaje al trabajo de tres grandes genios europeos de las ciencias de la vida:
 Johann W. Goethe, Vladimir Vernadsky y James Lovelock.


Datos del autor
Francesc Fígols es ingeniero industrial y diplomado por la Bath University of Technology (U.K.).Fue presidente de la Asociación para la Agricultura Biodinámica en la década de 1980 y promovió la introducción en España de las técnicas más avanzadas de la agricultura ecológica. Ha publicado artículos científicos en las revistas Dyna (órgano del Colegio Oficial de Ingenieros de España), Cuerpomente y Vital. **********************
 e-mail address: francesc.figols@gmail.com Ver todo mi perfil

teoria los microvita: mucho mas alla de los virus


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El libro “Cosmos y Gea” está protegido por la ley del copyright y por lo tanto no está permitida la reproducción total o parcial de sus textos o imágenes con fines comerciales sin la autorización previa y por escrito del editor o del propietario del copyright (se exceptúan los breves extractos a efectos de reseña).
@ Francesc Fígols Giné, 2005
@ de la edición en castellano: 2007 by Editorial Kairós, S.A.


Entrevistas:

La Vanguardia (3/9/2007)
La Razón (7/12/2007)
Revista Spiral (julio 2007,en catalán)
Revista Fulls Enginyers (febrero 2008,en catalán)
 

Luces en la oscuridad, Punto Radio (15/09/2007)
CLAVEL DEL AIRE



Editorial Kairós    Revista Agenda Viva





"El hombre es el primogénito de la naturaleza"

Johann Wolfgang von Goethe



"El hombre ha sido la célula madre de la evolución terrestre"

Hermann Poppelbaum






Sumario:

Prefacio

Cap. 1. MÁS ACÁ DE LA MATERIA
El crepúsculo de los dioses.
Entrando en materia.
Alquimistas en el jardín o las plantas contra Lavoisier.
El cuarto estado de la materia.

Cap. 2. BUSCANDO LAS LEYES DE LO VIVIENTE
Perséfone renace cada primavera.
El genio de Faraday.
¿Cómo se las apañó la manzana de Newton para subir al árbol?
Una geometría para los biólogos.
La vida entre dos espacios.
Caos y Cosmos: la materia como matriz receptiva.
Los embriólogos recuperan el campo.
El cuerpo de fuerzas formativas.
Acerca de los genes.
Medir la vida.
Afrodita nació de las aguas.

Cap. 3. LA VIDA NO TUVO UN COMIENZO
El enigma de las rocas y el origen de la vida.
Las montañas estuvieron vivas.
El origen de la atmósfera y de los océanos.
La vida nunca tuvo un comienzo en la Tierra.

Cap. 4. SOBRE EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
El hecho evolutivo nos supera.
Un árbol sin tronco y un registro fósil enigmático.
Las explicaciones de Darwin, ¿qué explican?
¿Cómo se generaron las formas ancestrales y porqué son invisibles?
¿Extinciones catastróficas o crisis de crecimiento?
El Arquetipo.
Una hipótesis para la Macroevolución.
Las claves de un misterioso escenario.
El plasma sanguíneo como registro fósil.
Macroevolución versus Microevolución adaptativa.

Cap. 5. EL HOMBRE COMO EJE DE LA EVOLUCIÓN
La antigüedad del hombre.
El bebé de la Naturaleza.
¿El mundo animal surgido de las formas arquetípicas humanas?
Descubriendo el tronco de la filogénesis humana.

Cap. 6. COSMOS, GEA, ANTHROPOS
¿Casualidades o causalidades?
El propósito recóndito de la evolución. Consecuencias filosóficas y religiosas.




Prefacio:

La empresa que nos propone el subtítulo de este libro puede parecer quimérica. Lo que encontraréis en sus páginas representa el esfuerzo sincero del autor por fundamentar nuevas bases científicas con el fin de encarar los misterios directamente relacionados con la evolución que nos han acompañado durante siglo y medio.

Aunque muchas de las hipótesis que se plantean no son enteramente nuevas, pues han sido desarrolladas por el trabajo diario de algunos científicos durante decenios, gran parte de los datos que se aportan y sobre todo la síntesis que se presenta serán inéditos para los lectores en español.

La dificultad se acentúa cuando, en un ensayo que quiere ser divulgativo, aparece la necesidad de cuestionarse las bases del actual paradigma científico y de presentar alternativas. Afortunadamente, los puntos débiles del modelo científico hoy predominante han sido estudiados asiduamente durante las últimos años por filósofos de la ciencia como Karl Popper, pero sobre todo por parte de los físicos. Algunos de ellos, como Fred Hoyle, David Bohm y James Lovelock han extendido el campo de la discusión a las ciencias de la vida.

He escogido a propósito las observaciones científicas que no encajan bajo los presupuestos de la ciencia académica actual. Estos fenómenos tan enojosos para los estamentos oficiales se convierten en datos valiosos cuando se encuadran en otro modelo de la evolución. Constituirán, probablemente, el aspecto más chocante del texto. Por lo demás, está claro que algunas de las proposiciones presentadas aquí están actualmente en proceso de desarrollo y se constituirán sin duda en líneas de trabajo más completas en el futuro.

Las hipótesis desarrolladas a lo largo del libro tras el estudio de las contradicciones del modelo evolutivo actual se presentan sin dogmatismos, reconociendo la enorme complejidad de las cuestiones que se tratan y la aparente sencillez de las respuestas que se dan.

Aunque se aportan numerosos datos experimentales para apoyarlos, no se pretende que los nuevos conceptos se acepten sin más, y así mismo, se espera que no sean rechazados de entrada. En el texto se insiste en que, para acercarnos al conocimiento de la realidad, no basta con ejercitar un pensamiento intelectual o simplemente lógico, por muy exacto que sea. Ya Kant demostró que si usamos un pensamiento puramente racional y no observamos la realidad de los hechos es posible demostrar cualquier proposición, pero también su contraria.

La tarea que espera al lector requerirá de una cierta dosis de creatividad y de imaginación y le pedirá que se replantee algunos hábitos de pensar que se han introducido en el actual sistema educativo de una forma mecánica.

Recomendamos el método de trabajo de Goethe en el terreno científico, el cual se resume en esta frase: "No hace falta hacerse juicios o hipótesis sobre los fenómenos exteriores porque los fenómenos mismos son la teoría, ellos mismos expresan sus ideas cuando el investigador ha madurado para dejar que actúen adecuadamente sobre sí mismo”

Evidentemente, no se trata de sentarse y dejar ir el pensamiento hacia lo que uno cree correcto, sino que el objetivo es observar atentamente y dejar que el juicio brote de los hechos mismos. Ponerse en sintonía con la realidad consiste en situarnos frente al acto de pensar de modo que éste no se convierta en el juez de las cosas, sino en un instrumento para que las cosas mismas hablen de su esencia. Esta es la actitud del verdadero poeta, del verdadero artista, del verdadero investigador científico, abiertos siempre a la inspiración, considerada como la captación de la Idea activa que hay detrás de todo fenómeno.

Aquí haremos, conjuntamente con el lector, el intento de aplicar el método goetheano a algunas cuestiones fundamentales: ¿Cómo se formó nuestro planeta? ¿Qué podemos decir sobre el origen de la vida? ¿Por qué leyes se rige la evolución? ¿De dónde viene el hombre? ¿Cuál es su lugar en la naturaleza?

Hoy estas preguntas no son sólo filosóficas. Aunque las explicaciones sean difíciles, caen plenamente en el ámbito de la ciencia. Han captado el interés de los filósofos y de los científicos durante siglos y las innumerables polémicas que han desatado perduran hasta el día de hoy.

No seré tan ingenuo como para pretender darles una respuesta definitiva. Pero sí creo necesario abrir decididamente nuevas vías de pensamiento que nos permitan a todos contemplarlas bajo una nueva luz.

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Fragmentos del libro:


Transmutaciones biológicas

En 1978 los estudios realizados por el ejército de los Estados Unidos aportaron otra interesante contribución a toda esta larga lista de experimentos. El informe final fue publicado en mayo de aquel año por el U.S. Army Mobility Equipment Research and Development Command.


En él se puede leer:

“El propósito del estudio fue determinar si las recientes revelaciones de transmutaciones elementales sucediendo en entidades biológicas han revelado nuevas posibles fuentes de energía. Han sido estudiados los trabajos de Kervran, Komaki y otros y hemos concluido que, verificada la existencia de tales transmutaciones (Na a MgK a Ca y   Mn a Fe), se ha producido un excedente neto de energía. Se ha propuesto un mecanismo en el que el trifosfato de adenosina y Mg (Mg-ATP), localizado en las mitocondrias de la célula, jugaría un doble papel como productor de energía.

Además del conocido papel bioquímico del Mg-ATP, según el cual se libera energía al mismo tiempo que por partes se va desintegrando, ese componente podría también ser considerado como un ciclotrón a escala molecular. Cuando el Mg-ATP se coloca en capas, una encima de otra, tiene todos los atributos de un ciclotrón de escala molecular, de acuerdo con los requerimientos establecidos por Ernest Orland Lawrence, inventor del ciclotrón.
La conclusión principal del estudio es que las transmutaciones elementales están ciertamente ocurriendo en los organismos vivos y están probablemente acompañadas por una ganancia neta de energía”.

Con toda esta larga serie de evidencias cualquier científico desprejuiciado puede reconocer que los sistemas vivos son capaces, por un medio aún desconocido, de crear materia y de transmutar un elemento químico en otro.
La brizna más diminuta de césped y la planta más frágil de tulipán o de geranio pueden lograr silenciosamente lo que ha sido imposible hasta ahora a los físicos nucleares: la transmutación de los elementos con baja energía, sin necesidad de los gigantescos y costosísimos aceleradores de partículas. Es un hallazgo sorprendente: los alquimistas viven en nuestro jardín.
(pág. 46)





Na + O = K

Cuando se toman en toda su dimensión, los descubrimientos que rodean a las transmutaciones biológicas y los mencionados cambios de estado de la materia tienen consecuencias enormes sobre el paradigma científico actual. A la creencia de que la vida se originó a partir de una materia preexistente (recordemos que este supuesto no ha sido demostrado en el laboratorio) habrá que contraponer la visión de un Cosmos de fuerzas que ya no vemos con nuestros sentidos comunes y que hace surgir continuamente el mundo visible y lo sumerge otra vez en formas inmateriales de existencia.

¿No es éste el Universo que los cosmólogos comienzan hoy a imaginar cuando hablan acerca de la "dark energy"? Los agujeros negros y la materia oscura son realidades macrocósmicas ya muy comunes entre los astrónomos y los astrofísicos. Lo que es menos conocido es que quizás están sucediendo fenómenos análogos a nivel microcósmico en todos los seres vivos. (pág. 53)

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Principio de Polaridad

En el mundo vivo que nos rodea se expresan pues dos formas opuestas de actividad. En la primera la materia tiende a escaparse de los procesos vitales y a someterse a las fuerzas de tipo céntrico o de gravedad (la manzana madura cae del árbol). Las fuerzas que predominan en este caso son desestructurantes y el resultado es el caos y la muerte. En la segunda forma de actividad, cuando un organismo germina o crece, son las fuerzas cósmicas o de levedad las que predominan (la manzana que se forma sube al árbol). Estas fuerzas son de naturaleza estructurante y con su acción se genera un nuevo cosmos.

Uno de los primeros objetivos en el nuevo paradigma que propugnamos debería ser alcanzar con nuestra conciencia científica moderna el dominio de este lenguaje de los polos opuestos en acción constante y recíproca en cualquier fenómeno natural. Ello no sólo es posible, como han demostrado Goethe y los científicos que han desarrollado sus ideas, sino que es esencial para llegar a comprender la naturaleza de las fuerzas que se presentan en cualquier campo de estudio de la biología. (pág. 74)


Representación de las fuerzas de gravedad o fuerzas terrestres


Representación de las fuerzas de levedad o fuerzas cósmicas

Como se ha visto a lo largo de todo el texto, el proceso global de la evolución está marcado por la tensión entre dos impulsos polares, presentes en todo fenómeno de la naturaleza y que a distintos niveles y entornos encontramos reseñados con nombres diversos:

Evolución ascendente <-> Evolución descendente o mineralizante
Macroevolución <-> Microevolución adaptativa
Independización del medio <-> Adaptación al medio
Arquetipo ideal <-> Cuerpo material
Fuerzas cósmicas o periféricas <-> Fuerzas terrestres o centrales
Contraespacio <-> Espacio euclidiano
Levedad <-> Gravedad
Yang <-> Yin
Luz <-> Oscuridad
Cosmos <-> Gea


(pág.240)

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Una evolución global

La historia del desarrollo de la vida no puede partir de la visión de nuestro planeta como una roca incandescente que, incomprensiblemente, se fue cubriendo de una capa viva. Esta visión apriorística, adoptada por la mayoría de la clase científica, ha conducido a una grave situación, ya que a la natural escasez de datos se ha sumado una cosa peor, la incapacidad de interpretarlos.

La idea alternativa no es otra que considerar a la Tierra como un ser vivo cuya fisiología apenas hemos comenzado a conocer mediante las descripciones de Vernadsky, la aplicación de la hipótesis Gaia de James Lavelock y otras corrientes de ecología global.
En líneas generales, de este organismo planetario se puede decir que como todos, debió empezar como embrión y a continuación ha seguido un proceso de creciente mineralización y endurecimiento.
La analogía nos descubre que este ser vivo ha evolucionado por etapas, las eras geológicas, que han estado separadas una de otra por crisis de crecimiento, a las que llamamos grandes catástrofes.

Si, como expresamos en el capítulo anterior, las montañas estuvieron vivas durante eras geológicas enteras, hemos de suponer el sistema ecológico global más impregnado de vitalidad y más fluido cuanto más atrás vamos en la evolución. Este sistema vivo hay que imaginarlo como un conjunto planetario en el cual el reino animal evoluciona conjuntamente con el vegetal y el mineral. Cuanto más atrás vamos en el tiempo más vemos que los tres reinos evolucionan al unísono, y ninguno de ellos puede entenderse si lo separamos de los otros dos.(pág. 214)

Todo parece indicar que este aumento en las condiciones de fluidez de los materiales tal como se profundiza en el interior de la Tierra, es paralelo al que podríamos encontrar en la materia de los continentes si fuéramos hacia atrás en la evolución. Es importante resaltar que esta materia no sólo sería más blanda, sino que obedecería a leyes distintas a las que rigen hoy.

También en el proceso del devenir evolutivo del planeta, la corteza terrestre habría sido el asiento de vastas génesis orgánicas que se desarrollaron en un medio todavía líquido en aquel entonces. Podríamos decir que en nuestros días estos impulsos se han coagulado o fijado y han llegado al reposo. Pero a pesar de todo, su huella es todavía visible.

Si el lector mira el borde de un acantilado o los taludes a los lados de una autopista, con sus retorcidas capas de roca que parecen haber sido enrolladas como si fueran de plastilina, se le hará muy difícil creer lo que dicen la mayoría de los libros de texto de geología: que esa ordinaria roca dura fue lentamente doblada en esas formas simplemente por enormes presiones. Con la consistencia actual de las rocas, ni con esas altísimas presiones es posible explicar la aparición de los Alpes o del Himalaya. Es mucho más fácil, para el simple observador al menos, imaginar que hasta tiempos relativamente recientes las rocas tuvieron una consistencia plástica y la entera superficie de la Tierra fue mucho más activa y flexible.(pág. 143)

plegamientos sinclinales

La acción continuada de los procesos vitales sobre el conjunto del ecosistema terrestre durante todas las eras geológicas ha determinado el aspecto actual del planeta. Pero, ¿fue solamente la litosfera la que surgió a partir de los procesos masivos de vida que dominaron en las primeras eras geológicas y que con menos intensidad continúan en la actualidad? ¿Hasta qué punto estos procesos vivos estuvieran también involucrados en la escisión entre los océanos y la atmósfera? ¿Cómo se provocó la extraña composición actual de ésta, con gran abundancia de nitrógeno y de oxígeno y muy poco contenido en CO2?

Se sabe que la gran disminución del dióxido de carbono original se realizó en parte a través de la función fotosintética de las algas y en parte gracias a los organismos marinos que asimilan este gas y el calcio disueltos en el agua de los océanos para formar sus esqueletos.

La conclusión lógica sería que los océanos actuales, con su alta salinidad y su todavía densa actividad biológica son los últimos remanentes de esta masa viva original en estado coloidal que, en el eón proterozoico, rodeaba a todo el planeta. Esto estaría corroborado por la sorprendente semejanza que guarda el agua marina con el plasma de los tejidos celulares de todos los animales.

El geólogo Walther Cloos en su obra The Living Earth lo expresa de la siguiente manera:

“Allí donde las sales están presentes en disolución, como en la sangre y los jugos digestivos del hombre y de los animales, nos encontramos con las condiciones originales de las sales en el planeta y tal como todavía las encontramos hoy en la naturaleza externa, en el agua del mar. 

Los océanos no son otra cosa que los restos de la atmósfera albuminoidea primitiva de la Tierra. 

En este fluido amniótico del planeta vivo se desarrollaron los seres vivos de los distintos reinos de la naturaleza. Ellos fueron los que depositaron lo mineral formando los continentes, al tiempo que atraían al interior de sus sistemas orgánicos una parte de esa atmósfera viviente en forma de plasma sanguíneo y otros fluidos corporales.

De esta manera la vida original de la Tierra se diseminó en las formas individuales de los animales y los vegetales. Cuando la primitiva atmósfera albuminoidea se descompuso gradualmente, surgieron las actuales aguas oceánicas y el aire de la atmósfera.
En efecto, cuando la albúmina de una proteína se descompone, aparecen las sustancias presentes en el agua del mar y en el aire: sales, agua, oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno” (pág. 153).

Que la evolución de los factores globales como son la atmósfera, la litosfera y los océanos esté ligada inseparablemente a la evolución de las especies en un proceso único, nos apunta a que existe un dominio, hasta ahora inadvertido, que impulsa simultáneamente todos esos niveles.
Quizás la tarea más urgente para la ciencia de la evolución sea descubrir ese dominio y las leyes que lo rigen. (pág. 159)


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Sobre el origen de la vida en la Tierra

Hoy no existe una definición única de la vida que sea aceptada por todos los campos y corrientes de la ciencia. Sin embargo, la que dan los neurólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela es una de las más amplias. Los autores la denominan autopoiética, que literalmente quiere decir auto-constructiva.

La autopoiesis seria la capacidad de un sistema para organizarse de tal manera que el único producto resultante es él mismo. No hay separación entre productor y producto. El ser y el hacer de una unidad autopoiética son inseparables y esto constituye su modo específico de organización.

Según esta definición, se establece que los seres vivos producen, según sus propias reglas, sus componentes, incluyendo el propio entorno, al cual especifican y realizan como una unidad concreta en el espacio y en el tiempo. Lo importante no es tanto la estructura material de la vida, como el proceso, es decir, la organización y el conjunto de relaciones que se establece entre sus componentes. La vida es una red que se construye constantemente a sí misma. El sistema autopoiético más simple es la célula. Para que, en esta definición, algo esté vivo, no se requiere crecimiento, ni reproducción, ni traspaso de ADN.

Si, como Vernadsky observa, el 99,99 % de las diferentes moléculas de la Tierra han sido creadas o transformadas en el proceso de la vida, la Tierra misma parece cualificarse como un organismo auto-constructivo.

El concepto puede ampliarse todavía más de una manera justificada: ¿por qué no pensar que la vida es una fuerza cósmica que vibra constantemente en el universo y que simplemente se pone en resonancia en determinados lugares privilegiados?

Rudolf Hauschka va en esta línea y en su obra The Nature of Substance, tras describir sus experiencias sobre transmutaciones biológicas, concluye:

«La vida no puede interpretarse en términos químicos, porque no es resultado de una combinación de elementos materiales, sino algo anterior a ellos.

Por contra, la materia es el precipitado de la vida. ¿No es más razonable suponer que la vida existió mucho antes que la materia y que fue el producto de un Cosmos de fuerzas? Lo que vive puede morir, pero nada es creado muerto».(pág. 165)

Si se asume la hipótesis de que ya desde el mismo principio de la génesis de Gea, las fuerzas de la vida estuvieron presentes y no han hecho más que evolucionar, es decir, generar y modelar a la materia, el lector verá que ya no es necesario plantear la enigmática pregunta de cómo y cuándo apareció la vida en la Tierra. Como todas las preguntas mal planteadas (dentro del actual paradigma científico las hay), no puede ser contestada. La conclusión que se impone es que la vida nunca comenzó en la Tierra, sino que la materia inerte que hoy vemos se ha desprendido del proceso vivo original. (pág. 166)

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¿Extinciones catastróficas o crisis globales de crecimiento?

Se hace muy difícil admitir que las extinciones catastróficas, esos cambios tan cruciales en la historia de la vida, hayan sido acontecimientos caprichosos. Debemos preguntarnos:
¿A pesar del elemento aparentemente caótico que aportan, hay no obstante alguna lógica común a todas las crisis? Constatamos que la historia se repite, pero ¿podemos hallar alguna regularidad o periodicidad?

Los geólogos Dave Raup y John Sepkoski piensan que sí, que las crisis que acarrean extinciones catastróficas suceden según ciclos. Además de las crisis de primera magnitud con las que separamos las eras geológicas, ha habido por lo menos ocho episodios menores de extinción que, no obstante, son de magnitud suficiente como para que quede constancia de ellos en los datos fósiles.

Estudiando los episodios identificables durante los últimos 250 millones de años, estos geólogos de la Universidad de Chicago encontraron una frecuencia de una crisis catastrófica cada 20 o 30 millones de años; la más reciente tuvo lugar hace 14 millones de años. Los gráficos de la siguiente figura son muy ilustrativos de cuanto hemos comentado.

Actualmente, muchos científicos están convencidos que estos acontecimientos han tenido una regularidad y que su frecuencia puede estar controlada por las leyes de los movimientos celestes.(pág.200).


Cronología de las extinciones

Variación de la biodiversidad y de las extinciones según el registro fósil

La Vía Láctea y las eras geológicas

Ilustración de la Vía Láctea, señalando la trayectoria del Sol


La Via Láctea es una galaxia del tipo espiral, como la de Andrómeda, en la que se han identificado cuatro grandes brazos y algunos más pequeños. Su diámetro mayor es de unos 120.000 años-luz y su grosor máximo de unos 1.000 años-luz. Nuestro Sol está situado a unos 26.000 años-luz del centro de la galaxia y muy cercano al plano medio de simetría.

Además, el sistema solar orbita alrededor del núcleo de la galaxia con un período de unos 240 millones de años. Esta velocidad es el doble de la velocidad rotacional de los cuatro brazos principales de la galaxia. Esto significa que, mientras la galaxia ha realizado una rotación completa sobre su eje, la Tierra, acompañando al Sol, ha atravesado todos los brazos.

Sabemos que el fenómeno hasta ahora incomprendido de las grandes crisis geológicas, es decir, extinciones catastróficas seguidas de grandes radiaciones de nuevas especies, se ha producido con una periodicidad ligeramente irregular, con intervalos de unas pocas decenas de millones de años. Planteamos la pregunta: ¿de qué manera están relacionados esos fenómenos detectados en la Tierra con el tránsito del sistema solar por los distintos brazos de la Vía Láctea?

No podemos pasar por alto que, puesto que las crisis catastróficas están ligadas a los saltos hacia adelante en la evolución de los seres vivos, si se demostrara que existe una relación con los ritmos galácticos, se encontraría el eslabón que une la evolución de la Tierra a la evolución del Cosmos.(pág. 203)

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El origen de las especies por Macroevolución

Árbol filogenético de las especies mostrando las dos tendencias: Macroevolución y Microevolución

En el esquema se señala una dirección ascendente y otra horizontal. Se trata de indicar dos situaciones y dos ritmos de evolución muy distintos.

El enigma científico del origen del hombre y de las especies comienza a desvelarse si consideramos estas dos tendencias evolutivas que se superponen: la Macroevolución ascendente (en color azul en el gráfico, se realiza sin proporcionar fósiles) y la Microevolución adaptatitva o descendente (en color rojo en el gráfico, nos da abundancia de fósiles).

La hipótesis principal de los científicos que han desarrollado las ideas de Goethe sobre la evolución es la siguiente: Todas las especies que hoy conocemos se han desprendido de un único tronco central, un núcleo de seres embrionarios y cambiantes, que fueron predominantes en el planeta durante largas etapas, luego fueron disminuyendo paulatinamente, de hecho hasta la aparición del Homo sapiens. Estos seres fueron los verdaderos ancestros de todas las especies que nosotros conocemos, incluido el hombre moderno.

Los seres que se mantenían en ese núcleo fueron capaces de conservar durante largo tiempo las condiciones fisiológicas semejantes a las del origen y tuvieron cuerpos de tipo larvario o embrionario, lo cual quiere decir poco mineralizados y poco especializados. Por tanto, fueron aptos para los cambios genéticos y morfológicos rápidos que se exigían en las épocas de crisis global, las que marcan el paso de una era geológica a otra. A este proceso de grandes cambios se le denomina Macroevolución ascendente. Pero en esta condición de vida, esos seres no dejaban casi ningún resto detectable en el registro fósil. Solamente los recientes descubrimientos de fósiles en estado larvario en capas de fosfato cálcico nos dan alguna esperanza de llegar a encontrar sus restos.

Hay que suponer que la retención de las condiciones de vida más antiguas fue posible para esos animales durante largas eras, gracias a vivir en hábitats y zonas climáticas privilegiadas, que les protegían temporalmente de la progresiva mineralización que cada nueva etapa geológica aportaba al planeta.

Así, el árbol genealógico de las especies que proponemos está diseñado para recoger la teoría de ese núcleo de seres en estado plástico o blando. Este núcleo está dibujado dentro de un tronco del que salen las ramas principales en color azul. En él se encuentran las formas de las especies ancestrales, que sin duda fueron de tipo embrionario o larvario. Estos seres fueron el resultado de la acción creadora de formas de un Arquetipo común y como evolucionaban en el estado fluido, casi no han dejado fósiles, lo cual es una característica de la Macroevolución ascendente.

En este árbol de la evolución, las ramas terminales se dibujan en color rojo, para representar la aparición y la fijación de las especies conocidas en el mundo más mineralizado siguiendo el proceso que llamamos Microevolución adaptativa.

Macroevolución frente a Microevolución

Macroevolución.

En esta primera tendencia evolutiva actúan las leyes aún poco conocidas de los campos de fuerzas morfogenéticos (creadores de formas) sobre el núcleo fluido de la biosfera primitiva, que están regidos por la Idea o Arquetipo Común. Estos campos de fuerzas regularon desde el principio el equilibrio dinámico de los ecosistemas como un todo. Provocando cambios profundos y relativamente rápidos en las épocas de crisis y más lentos en las largas épocas de reposo, originaron la conformación de especies, géneros, familias, órdenes, clases y tipos enteros de animales, unos más acabados y mineralizados que otros.

Es en esta primera situación donde se produjo la evolución ascendente de los organismos que llamamos Macroevolución y que se rige por un impulso a independizarse cada vez más del medio y a interiorizar e individualizar los procesos, todo lo cual demanda a su vez un aumento en la complejidad biológica.

El impulso de la Macroevolución ha originado las eras geológicas, verdaderas etapas de desarrollo del organismo planetario. El final de cada era geológica es una crisis traumática que por un lado provoca extinciones que afectan a las especies más especializadas y adaptadas de la era anterior y por otro lado la aparición subsiguiente, primero en el plano fluido y más tarde en el plano mineralizado, de nuevos tipos más independizados del entorno y con niveles de organización más altos.


Así tenemos:

· Paleozoico: Proliferación de los peces y otros habitantes del medio acuático, muy predominante en esa época.

· Mesozoico: Proliferación de los anfibios y reptiles, inicio de la independencia del medio acuático. Reproducción externa, ovípara. Sangre fría. Aparición posterior de las aves, inicio del dominio del aire, independencia de la tierra. Reproducción ovípara. Sangre caliente.

· Cenozoico: Proliferación de los mamíferos, independencia del calor externo y de la reproducción externa: sangre caliente y reproducción vivípara. Aparición de los antropoides, verticalidad del cuerpo, mayor independencia de la gravedad, liberación de los brazos, de la laringe y de la cabeza. Aparición del hombre en el plano mineral: el lenguaje y el pensamiento comienzan a actuar como fuerzas liberadas de las leyes de la materia.


Microevolución.

La segunda situación de evolución está señalada en color rojo y con la flecha horizontal en el esquema. La podemos designar como Microevolución adaptativa, ya que está sujeta a los diversos mecanismos que favorecen la adaptación al medio , como por ejemplo ,la especialización en las funciones y la fijación de las formas. La Microevolución adaptativa se relaciona con cualquier cambio evolutivo por debajo del nivel de la especie. En la actualidad los biólogos la miden por la frecuencia de los alelos (genes alternativos) dentro de una población o dentro de una especie y por sus efectos en la forma o fenotipo de los organismos.

Muchas especies se conformaron, es decir, tomaron forma especializada y adaptada a su ecosistema en épocas con unas condiciones ambientales muy concretas que más tarde cambiaron drásticamente. Los procesos de Microevolución adaptativa de que disponían esas poblaciones intentaron mantener el nivel inicial de adecuación al medio pero no fueron capaces de conseguirlo y esas especies se extinguieron.

La Microevolución adaptativa actúa sobre las formas animales que ya la Macroevolución ha configurado y por tanto su ámbito de estudio se limita al modo y las circunstancias que concurren en la consolidación de las últimas variedades adoptadas por cada especie. Los procesos de mutación genética que se descubren hoy en los organismos, con su reducido margen de variabilidad, habrían actuado como un factor más para mantener el nivel de adaptación adquirido inicialmente por la especie en el momento de consolidarse como tal. En realidad, la Microevolución por adaptación al medio representa el punto final del magno proceso iniciado por la Macroevolución. La Macroevolución, que se inicia y se acaba bajo las reglas internas del Arquetipo es la que realmente ha generado la gran diversidad biológica que hoy todavía observamos.

Es una lástima que por haber dado exagerada y única importancia a las leyes de la Microevolución y a sus procesos de adaptación, forzando además su aplicación a la Macroevolución, hayamos descuidado durante más de un siglo el estudio de las leyes propias de esta última. (pág. 239)

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Origen del hombre moderno. Filogénesis de los homínidos.

Esquema de la filogénesis de los homínidos mostrando los dos niveles de evolución. En color azul la Macroevolución y en rojo la Microevolución adaptativa. El nivel en azul se corresponde con el “desierto científico” (inexistencia de fósiles), del que se lamentan los paleontólogos que todavía esperan encontrar el eslabón perdido.

¿Quienes son los antepasados del hombre?

Como se ve en el árbol de los homínidos dibujado, el Homo sapiens sapiens no provendría de ninguno de los homínidos señalados en color rojo, que son taxones laterales que se extinguieron (callejones sin salida), sino que tiene una línea propia de evolución, situada siempre en el centro del tronco principal de la macroevolución y que, por su propia naturaleza, no deja fósiles hasta el final (hace unos 120.000 años).

Los géneros gorila, orangután y chimpancé, que no pertenecen a la família de los homínidos, se separaron del tronco principal mucho antes, quedando su evolución estabilizada hasta nuestros días. (pág. 269)

En Africa los Pithecanthropus fueron contemporáneos de los Australopithecus y vivieron en los mismos lugares. Esto demuestra que no evolucionaron unos de otros y tampoco se encuentran en la ascendencia directa del hombre moderno, sino que probablemente proceden todos de una forma humana ancestral de la que ambos divergieron por el proceso que hemos llamado deshominización. Cuando se observa la figura, las diversas líneas de Australopithecus,Pithecanthropus y otros homínidos aparecen como ramas colaterales del gran árbol genealógico de la humanidad.

Contra la famosa historia de la hominización del mono que nos han contado Darwin y sus seguidores, habrá que oponer la realidad biológica de un fenómeno evolutivo que podemos llamar deshominización, en medio de los linajes de los homínidos, tal como la defienden Hermann Poppelbaum, Max Westenhöfer y Bernard Heuvelmans.

Con estas premisas se entiende que ninguno de los homínidos que los paleoantropólogos clasifican con tanto tesón: Australopithecus africanus, Homo habilis, Pithecanthropus erectus, Sinanthropus, etc, puede ser antepasado directo nuestro, pues pertenecerían a sucesivas ramas laterales de la forma arquetípica humana, especializaciones prematuras que se convirtieron en callejones sin salida.

Una de las últimas especializaciones surgidas del núcleo humano fue el hombre de Neandertal, cuyas primeras formas, los Preneandertales, adquirieron esqueleto óseo hace unos 200.000 años y se extinguieron sin dejar descendientes hace unos 35.000.

De hecho los Neandertales convivieron durante muchos miles de años con el Homo sapiens sapiens, el cual adquirió esqueleto óseo más tarde que el Neanderthal, hace unos 120.000 años, aunque ya existía antes de esa fecha. Se ha hablado del Neanderthal (Homo neanderthalensis) como el penúltimo hombre de que tenemos noticias, pero la ciencia tampoco lo considera como antecesor del hombre actual, sino como perteneciente a una línea de evolución paralela, desprendida de un antepasado desconocido, es decir, de otro eslabón perdido. Nosotros lo consideramos como la última rama importante desprendida del tronco humano siguiendo el proceso que hemos llamado deshominización y que apareció en la época de las grandes glaciaciones europeas, como demuestran sus formas muy especializadas y adaptadas a hábitats fríos y montañosos.

Cuando revisamos el árbol genealógico sugerido por el nuevo modelo de la evolución, constatamos que la historia de los antepasados del hombre constituye el tronco original del que brotan todas las formas. La cadena de criaturas que conduce a la antropogénesis corre como un hilo de oro a través de la espesa fronda del árbol. La ascendencia del hombre es el vínculo interior que mantiene unida toda la evolución. Las estructuras de los animales inferiores y superiores (invertebrados, vertebrados, amniotas, animales de sangre caliente, placentarios, primates) han derivado como ramas laterales, una tras otra, del tronco ascendente de la humanidad. Pero, en lo que se refiere al desarrollo corporal, los mamíferos superiores han rebasado la forma humana, introduciéndose en callejones sin salida de evolución unilateral.

El prototipo humano habría evolucionado todo el tiempo dentro de la corriente que hemos llamado Macroevolución, adoptando múltiples y sucesivas formas. Precisamente a partir de estas formas, que sin duda fueron siempre de tipo embrionario y en estado plástico, se habrían desarrollado los antecesores de las grandes familias animales, esos enigmáticos eslabones perdidos que tanto preocupan a los paleontólogos y que siempre han tenido que dibujar como interrogantes en el centro del árbol de la evolución.

Pero, ¿cómo se compagina esta idea con el hecho de que los restos óseos de los homínidos son los más recientes que se han encontrado en el registro fósil? Para encarar esta pregunta veamos, en primer lugar que la paleontología ha llegado al convencimiento de que las especies que han podido dejar restos fósiles por tener esqueleto óseo, interno o externo, son tan sólo el diez por ciento de todas las que han existido. Pues bien, hemos planteado la hipótesis de que las sucesivas formas humanas vivieron siempre en hábitats que, en cada época, eran los menos densos del planeta, coincidiendo con zonas climáticamente privilegiadas. Allí se pudieron mantener plásticas todo el tiempo, evolucionando sin endurecerse y por tanto sin adquirir un esqueleto óseo hasta tiempos relativamente recientes. Probablemente su esqueleto no consistía de huesos mineralizados, sino que era cartilaginoso y por eso ha desaparecido sin dejar huellas.

Esta idea se hace más plausible si recordamos lo que dijimos sobre la consistencia fluida del planeta, incluidas las masas continentales, hasta finales del Terciario. El ser humano permaneció plástico y sin especializarse hasta un momento justo de maduración del conjunto del planeta, aquél en que ya era posible la adquisición de una forma corporal adecuada para recibir la autoconciencia.


Como dice Poppelbaum :

«Una y otra vez, en la larga marcha de la evolución, ha sido esta cualidad del hombre de mantenerse plástico lo que ha hecho posible su avance ininterrumpido. El hombre ha sido la célula madre de la evolución terrestre. No evolucionó a partir de ningún organismo especializado, que sería una forma ya mineralizada, sino que tiene su propio origen independiente, una trayectoria que todavía podemos ver reflejada en el desarrollo embrionario, espejo de la filogénesis».

Ésta sería pues la razón por la que no se ha encontrado el rastro fósil de los antecesores del hombre actual. Y si no sucede un hallazgo afortunado del tipo de los fósiles fosfatizados, es posible que nunca se encuentren: los famosos eslabones perdidos estarían definitivamente perdidos.

En la resistencia del hombre del Terciario a mineralizarse se halla el secreto de la falta de rastros fósiles más antiguos del hombre en el registro geológico y de su súbita aparición en los períodos glaciares del cuaternario. Esto despejaría el más oscuro enigma de la evolución, el que ha estado presentando dificultades extraordinarias a la ciencia natural y que parecía proporcionar un argumento contundente a los creacionistas, opositores a la aplicación de la teoría evolucionista al hombre.

Si la línea evolutiva del hombre actual, hasta que llegó el Homo sapiens sapiens, ha estado constituida íntegramente por eslabones definitivamente perdidos, se puede comprender el gran misterio científico que siempre ha acompañado a su aparición en la Tierra.(páginas 273-276)

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Demeter y Perséfone. El Alma del mundo

Si nos fijamos en la sabiduría mitológica y en las religiones de todos los pueblos de la antigüedad vemos que el espíritu, el alma y la vida siempre fueron considerados como los elementos básicos de la cosmogénesis y la conciencia humana de esos tiempos, sumergida en el Alma del mundo, reconocía que los poderes superiores están activos en la evolución.

En cambio, nuestra época puede definirse como materialista, por la simple razón de que durante los últimos siglos la conciencia ordinaria de la gran mayoría de la población se ha enfocado a la experiencia de los cinco sentidos, limitándose cada vez más a las tres dimensiones espaciales y a una difusa conciencia de la cuarta dimensión a la que llamamos tiempo. Paralelamente, el dogma religioso y los prejuicios del actual paradigma científico se han encargado de desterrar eficazmente al anima mundi de nuestra imaginación colectiva, hasta tal punto que, en palabras de Carl G. Jung: “El mismo ser humano ha cesado de ser el microcosmos, y su alma, ya no es más la scintilla, la chispa substancial del Alma del mundo.”

Deméter es una divinidad perteneciente a la generación de los dioses olímpicos y está identificada con la Tierra-Madre, como la etimología de su nombre dórico indica. También se la relaciona con una diosa más antigua, Gea. Deméter sería, en concreto, la diosa de la tierra cultivada, especialmente del trigo y de los cereales y está estrechamente vinculada a su hija Perséfone, que personifica a la biosfera terrestre y a la primavera.

Según el mito, Perséfone está recogiendo flores de adormidera en un prado cuando se abre la tierra y Plutón la rapta para que reine con él en el Hades (los infiernos subterráneos).

El mito de la diosa Deméter y de su hija Perséfone es también un mito sobre la pérdida del Alma del mundo. Deméter, encolerizada con Zeus por permitir que su hermano Hades se apodere de su hija, devasta el mundo, prohibiendo que las plantas den fruto y que crezcan las cosechas. Amenaza con que no restaurará la vida en el planeta hasta que Perséfone sea devuelta. Pero el regreso de Perséfone, la querida hija de Gea, simboliza precisamente la restauración, tan necesaria hoy, del Alma del mundo en la conciencia de la humanidad. (pág. 298)

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El sentido de la evolución

El concepto ampliado de la evolución que propongo ha de permitir verla como un proceso en el que un ser multidimensional, al principio inmaterial, va moldeando formas cada vez más visibles y materiales, mientras va adaptándose a ellas. Según esta visión firmemente antrópica, la historia de la especie humana no sería el desarrollo desde la bacteria al hombre, sino el camino que partiendo de una semilla espiritual atraviesa todos los estadios de la evolución y llega hasta la presente forma humana,con un cuerpo físico.

El propósito recóndito de la evolución desde sus más tempranos comienzos sería la emergencia y el desarrollo del hombre en la Tierra. Lo que vemos a nuestro alrededor como reino animal no serían los antepasados del hombre actual, sino el resto dejado en el camino por un ser arquetípico que tuvo que dejar a un lado su envoltura para liberarse a sí mismo de los constreñimientos de su propia evolución. (pág. 300)






La Alquímia Científica o la Química Nuclear.(sinonimos)

 Primera Parte. 

Lavoisier, la “teoría” de Chandrasekhar, y los primeros alquimistas científicos.

 Hoy voy a hablar del controvertido tema de la transmutación a baja temperatura y del nacimiento de una nueva ciencia; la química nuclear.
Tabla de los isótopos radiactivos.
Tabla de los isótopos radiactivos. 

Según la ciencia oficial, a excepción de los pocos isótopos de los elementos químicos que podemos ver en la tabla adjunta, la transmutación entre elementos es imposible salvo que esta se produzca a elevadísimas temperaturas de millones de grados, aquellas que supuestamente se dan en el interior de las estrellas.

Sin embargo y sin que nadie sepa porque, los elementos si pueden perder neutrones convirtiéndose por tanto en otros isótopos, sin dejar de ser el mismo elemento pero con unas propiedades diferentes. De allí vienen las archiconocidas pruebas de datación del Carbono-14 o del Cesio 137, que en este momento, empiezo a tener sólidas suposiciones de que también arrojan resultados contradictorios e incoherentes. Si partimos de la base (que más adelante veremos que es una medio verdad), de que los protones y los neutrones estan constituidos de los mismos tipos de quarks, 2 up y 1 down en el caso del protón y 1 up y 2 down en el caso del neutrón, resulta un tanto extraño de que sea tan aparentemente más fácil arrancar dos neutrones del Hierro-56 (91,57%) para convertirlo en Hierro-54 (5,84%), que arrancarle dos protones del Hierro-56 y convertirlo en Cromo-54. Una vez más, la ciencia no tiene una explicación a porque esto es así. Simplemente, es así.
Estructura de los quarks que forman protón y neutrón.
Estructura de los quarks que forman protón y neutrón.

Siguiendo la hipótesis oficial, los protones y los neutrones estan aglutinados por una “extraña fuerza” llamada energía nuclear fuerte, de manera que los quarks se intercambian la llamada carga de color (no es exactamente así pero ahora mismo poco importa). Y digo extraña, porque la fuerza nuclear fuerte es una fuerza postulada y “diseñada” teóricamente con unos atributos muy concretos, como son el de actuar solo a partir de cierta distancia, el de ser atractiva en lugar de repulsiva, el ser superior en intensidad que la electromagnética, etc… simplemente para que cuadre con el modelo teórico postulado.

LA LEY DE CONSERVACIÓN DE LA MATERIA DE LAVOISIER. 

Antoine Lavoisier
Antoine Lavoisier
En 1785, el químico francés Antoine Lavoisier (1743 – 1794) formuló la archiconocida ley por la cual, la masa total de los reactivos que intervienen en una reacción química es equivalente a la masa total de los productos, o dicho con otras palabras, la materia no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
Para ello, Lavoisier realizó el siguiente experimento clave en la historia de la ciencia, al comprobar que al calentar metales como el estaño y el plomo en recipientes cerrados con una cantidad limitada de aire, estos se recubrían con una capa de calcinado hasta un momento determinado del calentamiento. El resultado final, era que la masa era igual a la masa antes de comenzar el proceso. 
Si el metal había ganado masa al calcinarse, era evidente que algo del recipiente debía haber perdido la misma cantidad de masa. Ese algo era el aire.
Por tanto, Lavoisier demostró que la calcinación de un metal no era el resultado de la pérdida del misterioso flogisto, sino la ganancia de algo muy material: una parte de aire. Experiencias anteriores y posteriores a esta realizada por Lavoisier, pusieron de manifiesto que si se tiene en cuenta todas las sustancias que forman parte en una reacción química y todos los productos formados, nunca varía la materia de ninguno de los elementos que intervienen en la reacción química.
Sin embargo, a pesar de que el experimento de Lavoisier obviamente estaba en lo cierto, este no consideró el actor principal que hace tambalear tal principio, y que viola continuamente la archiconocida segunda ley; la vida.

LA “HIPÓTESIS” DE CHANDRASEKHAR. 

El mismo mecanismo que enciende una bombilla
enciende una estrella.

Arthur Eddington.
El físico indio Subrahmanyan Chandrasekhar.
El físico indio Subrahmanyan Chandrasekhar.

A principios de los años 30, el físico indio afincado en Inglaterra Subrahmanyan Chandrasekhar (1910-1995) escribió una carta a Albert Einstein donde formulaba una hipótesis sobre la formación de las estrellas que en principio no fue tomada muy en consideración, e incluso, fue duramente atacada y ridiculizada. Según esta hipótesis que con el tiempo se ha convertido en la explicación oficial, las estrellas son hornos nucleares de fusión, que convierten el hidrógeno a helio, en un equilibrio entre la gravedad que tendería a unir y aglutinar la materia, y la propia desintegración nuclear que tendía a expandirla a través de unas complejas corrientes de convección. El resultado era un punto de equilibrio entre ambas fuerzas, mientras en el interior de la estrella y a millones de grados se producía la transmutación de los elementos quimicos.

Chandrasekhar también postuló que existía un límite que él calculó en 1,4 masas solares, en el cual la estrella irreversiblemente explotaría debido a un colapso gravitatorio, esparciendo todo su material en el universo y dejando como rastro una estrella de neutrones o un agujero negro. Luego la gravedad y el azar reaglutinaría de nuevo el polvo estelar resultante de la deflagración en otro lugar de la galaxia, que serviría de base para la formación de otras estrellas y sobretodo de planetas. De allí viene la famosa frase de “somos polvo de estrellas” que tan ha calado en la gente, en especial a la filosofía New Age. Por tal “descubrimiento”, Chandrasekhar fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1983, y el satélite de observación de rayos X Chandra, lleva el nombre en su honor.

De todas las mentiras y medias verdades de la ciencia, la hipótesis de Chandrasekhar es una de las que merece entrar en una categoría especial, ya que la mayoría de sus conclusiones, no cazan en modo alguno con los resultados experimentales, a excepción de su postulado sobre la existencia de los agujeros negros y la controversia posterior con Eddington. De hecho, este tema merecería un post aparte, pero creo que esto NO sería inteligente hacerlo aquí, ya que entiendo que es más útil intentar entender la base científica de la alquimia o de la química nuclear (llámese como quiera) que es mucha y que es el propósito de este post, y no, el intentar desmontar las explicaciones oficialistas, por más absurdas que estas sean. No obstante, si me parece oportuno mencionar algunas de las conclusiones de tal “modelo”, por lo incoherentes y diametralmente opuestas a los resultados experimentales observados postuladas por Chandrasekhar;
  • De todas las estrellas extragalácticas que han explotado a posteriori de la hipótesis, prácticamente ninguna cumple con el límite de Chandrasekhar.
  • La explicación oficial solo puede explicar la formación de elementos hasta el hierro. Los resultados del estudio por espectroscopia arrojaban la presencia de elementos hasta dicho elemento, y este quiere decir pura y llanamente que Chandrasekhar cazó dicha teoría con los datos experimentales. No hay por tanto una explicación de la formación de elementos más pesados como pueda ser el plomo, que sin duda, son muy abundantes en nuestro planeta y por lo que hemos visto en los de nuestro sistema solar (y probablemente en los extrasolares). En este sentido, Reich SI formuló una brillante hipótesis, la superimposición cósmica, de la que hablaré también a su debido tiempo.
  • No hay explicación de ello como digo, y por tanto los elementos más pesados que el hierro y sobretodo los radiactivos no deberían de existir. El hecho de que la explicación oficial de que el calor interior de la Tierra se deba a desintegración nuclear de torio, radio y uranio no se sostiene, por el mero hecho de que de ser cierta esta teoría tales elementos no podrían existir, o al menos nunca en las cantidades necesarias para mantener todo el interior de un planeta convertido en un horno.
  • Después de 4.000 millones de años la Tierra sigue extremadamente caliente en su interior, y eso solo se puede explicar si en el interior se produce una producción de energía que en modo alguno puede ser una reacción de tipo nuclear. El hecho de que pudiera estar caliente después de tanto tiempo no cuadra con ningún modelo termodinámico. Necesariamente en el interior de la Tierra tiene que haber un proceso que la mantiene caliente, con una energía que se desconoce (y que el físico disidente Konstantin Meyl ha encontrado y explicado perfectamente como detallaré en un próximo post).
  • Existen abundantes metales pesados en la superfície de la Tierra y si la hipótesis fuera cierta, estos solo podrían estar en las capas interiores de la Tierra atraídos por el peso de su gravedad. Sin embargo, esto no ocurre así.
  • Alrededor del Sol no se detecta unos niveles de radioactividad que justifiquen tal actividad nuclear.
  • No se puede explicar con este modelo que la superficie del Sol este a miles de grados, y la corona, a millones.
  • Las manchas solares son agujeros en el Sol, que en contra de toda lógica tienen temperaturas inferiores (y de allí viene su particular color negro). Por tanto, cuando más entramos en el Sol, más frío está, algo que contradice por completo el modelo “caliente y nuclear”.
  • El modelo no puede explicar la enorme cantidad de neutrinos que se producen en su interior, ni las ondas de presión que estos generan, descubiertas por Irving Langmuir (ver el artículo sobre el hidrógeno). Los neutrinos constituyen el 99,9% de las partículas del universo, y en ningún modelo cosmológico encaja en absoluto con este resultado experimental. Más adelante, hablaremos de los desvaríos de la astronomía, y de algo que muy probablemente jamás ocurrió, el Big Bang. Los neutrinos, al igual que la materia oscura, la energía oscura, la hiperinflación, son un misterio que sucede al anterior, y que responden al hecho de que las bases de la cosmología, están sentadas en leyes muy poco sólidas, o directamente, en mentiras y/o medias verdades.
  • Tampoco explica los brutales campos magnéticos que se producen en el Sol, como tampoco en la Tierra. Solo el plasma puede producir tales campos.
  • Y las más importante; si la hipótesis fuera cierta, el Sol perdería masa a razón de 5 toneladas  de hidrógeno por segundo a través de la relación E = mc², y lejos de ello, el Sol, gana masa cada segundo.
Wallace Thornhill y el Universo EléctricoWallace Thornhill y el Universo Eléctrico

La hipótesis de Chandrasekhar triunfó entre la comunidad científica porque eran los tiempos a posteriori del descubrimiento de la energía nuclear y por la expectación creada por tal descubrimiento, al igual que el darwinismo triunfó debido al contexto histórico de la época Victoriana. Sin embargo, tales hipótesis son endebles y estan llenas de contradicciones. y sobretodo atribuyen como siempre al azar el hecho de que se formen planetas u estrellas en un determinado rincón de la Galaxia y no otro. La formación de las estrellas, los planetas y el origen de la vida, están muy muy muy lejos de ser explicados por la ciencia mainstream, y solo las visiones alternativas parecen arrojarle algo de lógica y sentido como lo hace la teoría del Universo Eléctrico, vapuleada por la comunidad astronómica y de la que hablaré a su debido tiempo. Supongo que en este momento, cualquier astrónomo que esté leyendo esto se pondrá las manos a la cabeza con lo que estoy diciendo. No me importa. Sé que este blog va a ser vilipendiado igualmente y soy totalmente consciente de ello. De hecho, confieso que es lo que deseo.
Galaxia Birkeland en forma de plasma.
Galaxia Birkeland en forma de plasma.

Y hay otro factor que parece ir en contra del modelo nuclear, y es que teniendo en cuenta que los planetas solo representamos el 0,001 % de la masa bariónica del universo por contra del 99,999% de materia estelar, los estados sólido, líquido y gaseoso deberían de considerarse “los parias del universo”, siendo el famoso “cuarto estado de la materia” el plasma del que no sabemos PRACTICAMENTE NADA, EL ESTADO en mayúsculas de la materia. Como muy bien advierte Wallace Thornhill, mires donde mires no observas que las galaxias sean formadas por un patrón basado en la gravedad o en las fuerzas nucleares, y si, en el plasma electromagnético. Pero eso como digo, dará para otro post.

Como vemos, son muchos las cabos sueltos que quedan de las explicaciones oficiales, pero lo importante aquí es cerrar este paréntesis, y como ya he concluido en más de una ocasión, concluir que en el modelo oficial no hay un explicación inteligente y lógica, sino muchas incógnitas, desvaríos y sinsentidos.

LOS PRIMEROS CIENTÍFICOS ALQUIMISTAS. 

De cara a no mezclar la obra del más grande científico alquimista de la historia Louis Kervran y al que dedicaré el próximo post, es preciso ahora hablar de los primeros científicos alquimistas de cara a terminar esta primera parte de introducción a la alquimia científica. Gran parte de esta información ha sido sacada del interesante y entretenido libro La Vida Secreta de las Plantas, que podéis leer traducido al español aquí. El capítulo más polémico del ya de por si muy polémico libro, es el que trata de las transmutaciones alquímicas de las plantas. También parte es obtenida del excelente ensayo antroposófico de Francesc Fígols titulado “Cosmos y Gea”.

Jean Baptiste Van Helmont
Jean Baptiste Van Helmont

En el año 1600 el químico flamenco Jean Baptiste Van Helmont (1579-1644), plantó un sauce en un tiesto de barro que contenía 200 libras de tierras secadas al horno, y durante 5 años no alimentó al árbol más que con agua de lluvia o destilada. Cuando lo retiró y lo pesó, descubrió que había ganado 164 libras, mientras el peso del suelo seguía siendo más o menos el mismo. Helmont se quedó cavilando, si la planta no habría cambiado el agua en leña, corteza y raíces.

Nicolas Louis Vauquelin.
Nicolas Louis Vauquelin.

Años más tarde, Nicolas Louis Vauquelin (1763-1842) realizó un experimento que luego se replicó por muchos de sus posteriores. Vauquelin, analizó las heces de unos pollos que había sido alimentados exclusivamente con avena descalcificada, que contiene un alto índice de potasio y escaso contenido de óxido de calcio, llegando a la conclusión de que las aves excretaban hasta 5 veces mas calcio del que ingerían. Solo había una posibilidad, y es que las aves hubieran transmutado el potasio en calcio. Al mismo tiempo que Vauquelin, el inglés William Prout (1785-1850) llegó a resultados parecidos al considerar que al incubar las gallinas sus huevos, los huevos pasaban a tener 4 veces más cal que la que había antes, hecho que atribuyó a un proceso endógeno en el interior del huevo. 

Espíritu y Materia de Wilhelm Heinrich Preuss
Espíritu y Materia de Wilhelm Heinrich Preuss

En 1882, el filósofo Wilhelm Heinrich Preuss (1815-1883) publicó un libro titulado “Geist Und Stoff “ (Espíritu y materia), donde narraba los experimentos que realizó entre 1875 y 1883 el barón de Hannover Albrecht Von Herzeele (1821 – ??), que publicaría ese mismo 1883 en su libro “El origen de las substancias inorgánicas”. En dicho ensayo, Von Herzeele ofrece más de quinientas pruebas experimentales con plantas que demuestran que las mismas no solamente absorbían materia del suelo, sino que están constantemente creándola. Usando siempre agua destilada, las semillas germinadas experimentaban un considerable aumento de potasio, magnesio, fósforo, calcio y azufre, a pesar de estar colocadas en recipientes de porcelana, cubiertas de vidrio, y con filtros para impedir la entrada de polvo. Después de la calcinación, las cenizas minerales contenían tasas más elevadas de dichos elementos, así como un peso más elevado. Herzeele sustituyó el agua destilada por sales disueltas, encontrando que las semillas germinadas en fósforo experimentaban un considerable aumento de azufre por contra de una disminución de fósforo. La cadena de reacciones iba del dióxido de carbono al magnesio, al calcio, el fósforo y por último, el azufre ( CO –> Mg –> Ca –> P –> S ), y por otra cadena de experimentos, del potasio a partir del nitrógeno ( N –> K ).

Albrecht Von Herzeele
Albrecht Von Herzeele

Las conclusiones de Preuss eran claras; parecía que cuando la vida se metía de por medio, la ley de conservación de Lavoisier fallaba. La vida fabricaba los elementos químicos que necesitaba y lo hacía de manera natural. Los elementos materiales son arrastrados o generados dentro del ser viviente, de modo que los elementos podían ser al final subproductos y no creaciones originales, y por tanto, los elementos químicos no eran necesariamente primarios. A pesar de la importancia de estos descubrimientos, los resultados de Herzeele fueron ninguneados por las autoridades científicas de la época, y sus descubrimientos cayeron rápidamente en el olvido.
Rudolf Hauschka (1891-1969)
Rudolf Hauschka (1891-1969)

Sin embargo, 50 años después y con muchos y mejores aparatos de medida, agua mejor destilada, campanas de vidrio más aisladas, el bioquímico y alumno de Rudolf Steiner Rudolf Hauschka (1891-1969) replicó los experimentos de Preuss, confirmando con ello TODAS SUS PREDICCIONES. Hauschka además descubrió no solamente los procesos de materialización referidos, sino también que las plantas desmaterializaban los elementos químicos siguiendo las fases lunares. Ascendente suponía materialización, descendente desmaterialización. Los experimentos duraron un total de 10 años y sirvieron de gran impulso entre otras cosas para la medicina antroposófica y la homeopatía. Aquí es importante hacer un alto en el camino solo para mencionar que en la agricultura biodinámica de Rudolf Steiner se habla abiertamente de transmutación de elementos, siendo el silicio la base de todo y del famoso compost 501 rico en hierbas como la cola de caballo que contiene un elevado índice de silicio. Si me parece interesante e increíble, introducir el hecho de que Rudolf Steiner llegó a tales conclusiones en sus dos últimos años de vida y sin conocer nada de agricultura, a partir de sus complejísimos y vastisímos estudios de la ciencia Goethiana solo al alcance de unos muy pocos iniciados, y que relató en su famoso ensayo “La Ciencia Oculta”.

Rudolf Steiner
Rudolf Steiner

El si Steiner tenía amplios conocimientos de alquímia que le llegaron por su influencia de las enseñanzas de Madame Blavastky, es algo en lo que llevo un tiempo especulando, pero constituye por lo poco que sé de este tema y me perdonaran los buenos conocedores de antroposofía, un misterio sin resolver en cuanto al orígen de tales conocimientos. Insisto en que en este punto puedo estar completamente equivocado. El legado de Steiner se puede estudiar actualmente en Dornach Suiza, en el Instituto Goetheanum, que tiene varias divisiones; medicina antroposófica, agricultura biodinámica, pedagogía Waldorf, arquitectura orgánica, antroposofía, y las ciencias espirituales. En todas ellas y en mayor o menor medida como digo, se habla de transmutación química como un proceso natural ligado a la propia vida.  Sin embargo, es demasiado el respeto por la enorme complejidad y profundidad que la obra de Steiner me merece, y espero en un futuro en este blog, poder dedicarle un post a la altura de su excelsa genialidad.

El Goetheanum.
El Goetheanum.

A finales de los años 50, otro científico Pierre Baranger y director del laboratorio de química orgánica de la Universidad de Paris, replicó los experimentos de Herzeele. Durante casi 10 años, Baranger con mejores y más precisos métodos, verificó el contenido de sodio, potasio y calcio en arvejas antes y después de la germinación del agua bidestilada a la cual se añadía o no cloruro de sodio. Los brotes de semillas se pesaron con una precisión de una centésima de miligramo, y luego se dejaron germinar en un ambiente debidamente aislado. En declaraciones recogida en 1959 en la revista Science et Vie, Baranger opinaba;
Mis resultados parecen increíbles pero allí están. He tomado todas las medidas de precaución posibles, he repetido miles de veces los experimentos, he hecho que terceras personas replicaran y comprobasen los resultados sin que supiesen a que se refería, he empleado diversos métodos, he cambiado de experimentadores… pero no hay evasiva posible. El resultado es que las plantas conocen el antiguo secreto de los alquimistas. Todos los días ante nuestros ojos, estan transmutando los elementos. Mis resultados confirman a Von Herzeele y permiten demostrar que bajo determinadas condiciones, las plantas son capaces de generar elementos químicos que antes no existían en su entorno.
Un artículo que explica los resultados de Baranger.
Un artículo que explica los resultados de Baranger.

Sorprendentes o no, varios científicos con la libertad de prejuicios que caracterizaba el comienzo de la investigación científica llegaron a la mismas conclusiones; la vida transmuta la materia. A posteriori, también Marcel Vogel a quien dediqué este post, demostró que en simientes de berro y una vez combustionados, estos contenían el doble de azufre que sus semillas. En 1950 Henri Spindler, director del Laboratorio Marítimo de Dinard en Francia, investigó el orígen del yodo en las algas, encontrando que en la especie de alga Laminaria era capaz de producirla a partir de una agua que no la contenía. La Tillandsia o musgo hispánico, puede crecer sobre cables de cobre sin contacto alguno con el suelo. Cuando se le quemaba, no dejaba residuos de cobre en la ceniza, sino óxidos de hierro y otros elementos todos ellos procedentes indudablemente de la atmósfera. 
  
Joseph Henry Gilbert
Joseph Henry Gilbert

Anteriormente a todo esto, en el Instituto de Investigación Agrícola de Rotohamsted (en un experimento que a mi personalmente no me ha quedado muy claro), dos científicos John Bennet Lawes (1814-1900) y Joseph Henry Gilbert (1817-1901), cultivaron durante 17 años un campo de treboles, cambiándolo dos o tres veces al año y sembrándolo exclusivamente cada cuatro años sin fertilizante alguno. Obtuvieron cosechas tan abundantes que según se calculó, si hubiera tenido que añadirse lo que se había retirado durante el periodo entre la llegada de un enjambre de langostas de diecisiete años (Magicicada septendecim) y el siguiente, sería necesario volcar en el terreno más de 5.700 libras de cal, 2.700 de magnesia, 4.700 de potasio, 2.700 de ácido fosfórico y 5.700 de nitrógeno, o sea, más de 10 toneladas en total. ¿De dónde habían venido todos estos minerales?.

John Bennet Lawes
John Bennet Lawes

Hasta aquí el post de hoy sobre la alquimia científica, donde hemos visto la debilidad de la teoría oficial sobre la transmutación y la aparente contradicción con un planeta que se nos presenta rico en todo tipo de elementos. Como hemos visto, la agricultura ha sido desde siempre el terreno de experimentación de la alquimia. El apunte final, es que sostengo que sin lugar a dudas mucho hay de cierto hay en los muchos, muchísimos libros de alquimia que se han escrito a lo largo de la historia. La práctica totalidad de la obra de Isaac Newton por ejemplo eran estudios teológicos y sobre alquimia. El de si la alquimia estaría relacionada con algún proceso de elevación espiritual, en rituales practicados desde tiempos inmemorables hasta ahora por parte de sociedad discretas (hermetismo, rosacrucismo, masonería, chamanismo, medicina ayurvédica, homeopatía…) es algo de lo que no tengo ninguna duda, pero que suscitaría un post a parte. Sin embargo y por razones largas de explicar, pienso que al menos actualmente tal tema se escapa de las posibilidades de este blog. La vía seca, la vía húmeda…. en fin… es posible que en un futuro le pueda dedicar un estudio, pero de momento, deberemos de esperar al próximo post donde hablaremos exclusivamente de Louis Kervran y de sus experimentos en el campo dela biología (más conocidos) y la geología (muy desconocidos), que le llevaron a ser nominado varias veces al Premio Nobel de Química.
Hasta pronto.


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    Si observamos un bosque en una montaña, donde tan solo el agua pura de la lluvia lo riega, nos damos cuenta que el agua una vez que se filtra en las sucesivas capas del monte, sale de éste en arroyos y ríos cargada de minerales solubles. ¿de donde vienen esos minerales?, el agua de lluvia no los contiene, si provinieran de las rocas hace mucho que el monte se habría disuelto completamente.
    Tan solo observar un monte natural que no se abona, lleno de vida es prueba de la capacidad de todo ser vivo de generar minerales a partir del agua, aire y sol.
    La ciencia oficial nos habla de ciclos, el del potasio, azufre… sin embargo como explican que llege hasta el monte esos elementos quimicos?. He mirado un poco por intenret, unas veces no dicen nada al respecto, y otras nos dicen que el potasio llega al monte a traves de las deyecciones de pajaros marinos. Me pregunto yo cuantas gavitas se adentran cientos de km tierra adentro…
    Parece mentira que este fenomeno siga siendo desconocido, y que nadie se percate de la estupidez del conocimiento oficial. Yo ya de niño me di cuenta que algo no cuadraba, no tenia sentido que el amazonas pierda la fertilidad en cuanto pierde su masa forestal, no tenia sentido que en la cumbre de una montaña crecieran plantas sin fuente alguna conocida de minerales.
    Yo descubri tambien, gracias a la lectura del maravilloso libro ” la vida secreta de las plantas” este fenomeno, fue un gran descubrimiento encontrar la clara y simple respuesta a aquella cuestion que no pude responder años atras.
    ice:
     

  2. he leido sus articulos del silicio y de las transmutaciones biologicas, lo felicito muchisimas gracias hombre por dar a conocer de una manera tan organizada este conocimiento que es verdadero, lo postulo como premio nobel a usted.
    haaa y otra cosita, la tierra es hueca, tiene una capa de 1000 km de longitud y hay un sol interno, no tengo a la mano todas las referencias que existen y las pruebas es mas se que usted ya sabe eso,en todo caso no le creoa la ciencia oficial por que siempre para meter sus mentiras siempre le ponen algo de verdad pra que sea creible.



    Lo se… Y además esta demostrado por el gran físico Konstantin Meyl.
    La discontinuidad de MOrovoich es en realidad la capa gaseosa de la Tierra a una temperatura y presión brutales.
    Busca un libro llamada Scalar Waves de Meyl y busca el episodio Hollow Earth. alli explica el papel que tienen los neutrinos en la formación de los planetas y estrellas. Todo cuadra. Mirate el tercer vídeo de esta pagina; http://www.meyl.eu/go/?dir=45_Videos-on-demand&page=1&sublevel=0
    Conozco los mitos de Shamballa de Roerig perfectament. Este blog es un work in process. Al final, se explicará TODO. Pero requiere de tiempo y de trabajo constante.


    ¿Hay info por la red en español sobre pruebas serias de la oquedad de la tierra?, yo por lo que se los astros crecen, es una teoria que me parece bien probada y argumentada, pero sobre la tierra hueca todavia no conozco argumentos serios.


    NO es que sea hueca, es que tiene una capa entre el Sol caliente interior (capa interna en estado de plasma) y la capa líquida previa a la litosfera que coincide con la discontinuidad de Morovich que ya es gaseosa, pero obviamente, a unas temperaturas y presiones brutales. Esto Meyl lo argumenta muy bien en su libro The Scalar Waves sobre trabajos que ya se realizaron por parte de otros geólogos (os busco la información y os la paso en breve). Alli es donde Meyl te responde ¿ y que calienta ese Sol interior? La respuesta es los neutrinos. No existe reacción nuclear alguna en ninguna estrella, la energía de una estrella viene de fuera no de dentro. Los neutrinos cruzan la materia (solido, liquido y gas) sin interaccionar, pero eso no ocurre con un plasma. Langmuir (premio nobel y descubridor de las ondas de presión provacadas por los neutrinos), Alfven y Hoyle lo sabían, y los físicos Solares Rusos lo saben perfectamente.
    Leed de Scalar Waves de las pag 252 y siguientes y para la expansión de la Tierra pag 229 y siguientes;
     http://es.scribd.com/doc/13152798/meyl-scalar-waves-first-tesla-physics-textbook-for-engineers-2003

    Luego hay mucha literatura y leyendas que hablan de seres de dimensión superior que habitan en el interior de la Tierra. Yo eso no lo voy a negar, pero obviamente, es imposible de demostrarlo con el método científico que podemos manejar los humanos mortales.

  3. Pero si hasta ahora, nadie deja entrar al polo sur de la tierra…., no esta autorizado ni si quiera los satélites por ese lado, hay un vídeo por la Internet donde encontraron lagos en la Antártida, es un vídeo aleman de los años 30, referente al al polo sur terreaste (no magnetico) y hasta aparece en el manuscrito voynich, que hasta la fecha no ha sido encriptado y q muestra la descripción semicientifica de muchas plantas y de un planeta hueco, hasta en google earth, ha tapado con posiblemente con photoshop el supuesto orificio del polo sur terrestre…. y hubo expediciones también, los nombres aparecen en la red……

  4. SE DICE QUE ESTE TIPO ESTUVO RELACIONADO CON EL 11S A PESAR QUE NO FUE DE SU EPOCA……












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